Durante la media hora de conversación tengo la sensación de estar ante un hombre entero pero aún devastado por la pérdida de su pareja en lo vital y en lo creativo, Mimi Parker (1967 - 2022). Me avisan previamente desde su sello discográfico que tenga cuidado si le menciono el tema, pero es inevitable porque revolotea nuestro encuentro desde la primera de sus respuestas. Sería absurdo pretender obviarlo.
El músico, nacido en Seattle hace 55 años, aún está encontrándose de nuevo a sí mismo. Lógico. La frase que más me repite es “no sé”, y no me parece casual ni que sea un mero tic verbal. Tendrá que haber un camino, que decía Morente. Y parte de ese trayecto es "WHITE ROSES, MY GOD" (Sub Pop/Poptsock!, 2024), un primer disco a su nombre, gestado junto a su hijo Cyrus, algo desconcertante en su formato de pop electrónico casero con voz distorsionada, que en lo único que se parece al discurso de Low es en su condición de quiebro a las expectativas previas, esta vez – eso sí – más radical que nunca.
"Al principio solo estaba experimentando, luego me di cuenta de que me divertía cantar así"
Te vi en directo en el Primavera Weekender 2023, pero aquel concierto no daba pistas de que este disco sería así. Es un cambio de tercio completo, ¿no? Sobre todo por la decisión de distorsionar la voz en todas las canciones, que no sé si es solo estética o trasluce algo más profundo.
El cambio en la voz viene dado por un hard pitch, que crea un tono y fuerza las notas y las claves, y te da la opción de subirlo muy alto, haciendo que la voz suene más femenina, o también hacerlo más grave y que suene más oscura y masculina. Tradicionalmente, tu voz estaría dentro de ese espectro. Crea un efecto parecido al de cantar desde un sintetizador. Ocurrió por accidente. Mis hijos hacen música, tenemos un rincón en casa con un equipo y podemos probar cosas, enchufar cachivaches, y tenían una caja de ritmos y un sinte conectados, y yo usé ese pedal para crear efectos con la voz, porque pensé que a ellos les parecería interesante, lo habían estado usando antes. Habían estado rapeando con sus amigos, cosas así. Empecé a trastear con esta clase de herramientas por curiosidad. Solo habían pasado cinco o seis meses desde que Mimi (Parker) murió, y aún me sentía como instalado en un lugar extraño. Cuando di con estas herramientas y con esta voz, me ilusioné. Pensé que tenía algo interesante. A veces me tiraba una o dos horas probando algo con el mismo tempo, intentando dar con una combinación con los sintetizadores y la caja de ritmos que me resulte excitante, hasta que algo hace click y me inspira para cantar. Juegas con el pedal y con tu voz. La voz es algo muy intuitivo. Cuando la usamos en un tono distinto al que acostumbramos, excita a tu cerebro, te hace preguntarte cosas. Eso me parecía muy excitante al principio. Es divertido. Es una voz de la que aún no me he llegado a cansar (risas). Quizá me he cansado de escucharme. Me gusta cantar, pero quiero escuchar cosas distintas. Y cuando lo hago, se convierte en algo muy válido para volver a transmitir emociones. Llevo todo este tiempo tocando con mi hijo Cyrus, y para una familia como la nuestra resulta muy esperanzador poder tocar juntos. El primer año transcurrido desde que Mimi murió nos hemos sentido los dos muy cerca. Es algo muy personal, muy de la familia. Hubo un punto en el que mi hijo me comentó que le resultaba interesante lo que yo estaba haciendo, sin que yo lo esperase. Tampoco lo pensé mucho. Solo pensaba en divertirme con mi voz.
En la información que la discográfica ha puesto a disposición de los medios se dice que "Trans" (1982), el denostado álbum que compuso Neil Young con sintetizadores y un vocoder para comunicarse con su hijo, que tenía parálisis cerebral, fue una referencia. ¿Fue así?
No pensé en ese disco cuando empecé a trabajar así con mi voz. Técnicamente, Neil (Young) usa ahí un vocoder, que es algo distinto, porque tocas un teclado y cantas, y tu voz manipula el sonido del teclado, con un resultado que puede ser muy interesante. Lo que yo uso es un pitch corrector (corrector de tono), una tecnología que lleva funcionando como cincuenta años. Se utiliza mucho en el mundo del rap y de la electrónica. Entiendo que pueda ser como un shock escuchar a alguien como yo cantar así. Me pregunto qué pensará la gente. Con Low siempre intentamos hacer algo nuevo con cada disco. Sorprendernos a nosotros mismos. Con el tiempo nos dimos cuenta de que sorprendiéndonos a nosotros mismos también sorprendíamos a nuestros fans. Y creo que ellos lo aceptaron y aprendieron a esperar de nosotros que explorásemos nuevos territorios. Me alegro de que fuera así. Muchas veces nos podríamos haber acomodado en lo que nos resultaba familiar, pero quisimos ir hacia adelante, evolucionar, y a largo plazo fue inteligente porque hizo que nuestra carrera fuera más interesante. Si lo que hago suena extraño, es buena señal para mí. Significa que estoy yendo más allá. ¿Por qué lo hago así? No lo sé. Al principio solo estaba experimentando, luego me di cuenta de que me divertía cantar así, era como ponerte un disfraz durante un rato y dejar salir lo que tienes dentro. Algo liberador. A veces necesitas un pequeño canal para vehicular tus cosas, y puede ensancharse luego. No sé. En Low tenía otra voz, la de Mimi, que de alguna forma hacía que la mía también tuviera vida. Su voz le daba hondura a nuestro material. Estoy aún tratando de saber cómo cantar. Es todo nuevo. Me gusta cantar bien, y he estado grabando cosas con mi voz habitual, pero ahora me gusta esto y el espíritu que conjura. He hecho algunos directos y cuando tienes a otra gente delante es muy interesante: siento como si apenas me pudiera contener, mi cuerpo apenas puede contener la energía que sale de mí.
¿Has escuchado últimamente algo de música electrónica? “Feel Something” me recuerda a Boards of Canada.
Creo que soy relativamente ignorante en cuanto a música electrónica, aunque lo cierto es que hemos estado muy expuestos a ella, porque hemos estado de gira durante los noventa y los dos mil y no podías escapar, estaba ahí de un modo o de otro, sobre todo en Inglaterra y en Europa, más que en Norteamérica. Hace un año vi a Peder Mannerfelt, un músico y DJ sueco, y ese set, por alguna razón, quizá porque le conocí antes y habíamos hecho algo juntos, me abrió la mente y por primera vez aprecié la alegría, la vitalidad y la humanidad de la música electrónica. Sabía que estaba ahí, pero para mí verle en directo fue como un ancla para empezar a trabajar de esta forma. Me hizo pensar que la sensación de éxtasis que yo tenía cuando las palabras del disco salían de mí, es legítima (risas). ¡Eso es lo que la música hace! Es poderosa, socialmente unificadora y humana, no importa si estás pinchando canciones o tocándolas en directo. También he escuchado mucho hip hop en los últimos años: Outkast, Kendrick Lamar, Kanye West, Lil Wayne, Denzel Curry, JPEGMAFIA… cosas que me han abierto posibilidades para este disco: no quería rapear ni sonar a otra persona, pero sí abrir la boca de un modo distinto y ver qué podía pasar.
No rapeas, pero sí cantas en un tono particularmente grave, supongo que por oposición al resto del disco, en una canción, “Brother”. Solo en esa. ¿Por qué?
No lo sé, esa fue de las primeras que grabé. Sé que mi respuesta va a ser aburrida, pero estaba jugando con los extremos con la voz y como ya tenía algunas en otro tono más agudo, decidí que esta se quedara así, porque además quería ser fiel a las primeras tomas, solo quería usar las letras y los sonidos que salían de principio, al momento. No quise retocar nada ni cantar mejor. Que todo sonara tal y como lo escribí. Mi voz en “Brother” me recuerda un poco a la de Justin Vernon, Bon Iver (risas). Le conozco desde hace años, he estado en su casa, y me recuerda a su forma de cantar, pero también me recuerda a él por la expresión “my brother”, que es muy regional, como muy de colegas músicos de nuestra región (risas). “¿Cómo va, hermano?”, “¡Gracias, hermano!”, “¡Me alegra verte, hermano!” (risas).
"Había partes de mi cuerpo y de mi cabeza que todavía estaban aprendiendo a recomponerse durante el año posterior a la muerte de Mimi"
Aprecio cierto contraste en algunas de las letras, como las de “Can U Hear” o “Heaven”, que lógicamente apelan a lo trascendente, y su música, que suena, como tú bien explicas, más bien recreativa. Estamos acostumbrados a que los discos que se generan en épocas de duelo por la muerte de alguien, como pueda ser el caso de los últimos de Nick Cave, tengan también un sonido muy solemne, pero no es tu caso.
Es posible. Y hasta deseable. El contraste le da profundidad a las cosas. Todos somos diferentes entre sí. Hay momentos en los que te sorprendes a ti mismo hablando muy rápido, diciendo algo, y otros en los que puedes estar en completo silencio, controlando lo que haces. Si existe ese contraste, está bien. Recuerdo cuando salió el disco de Nick Cave inmediatamente posterior a la muerte de su hijo. Creo que la primera vez que lo escuché fue justo cuando nos acabábamos de enterar de que Mimi estaba enferma. Y no pude volver a escucharlo. Me desconecté de él. Como si lo hubiera enterrado. Más tarde volví a él, de forma ocasional, y se convirtió en una piedra de toque para mí. ¿Cómo pudo Nick escribir algo tan bonito y directo, rumiando también el dolor de una madre? ¿Cómo se logra eso? A mí no me salía nada de dentro. Nada. Estaba hecho un desastre. Y no quiero decir que la pérdida de alguien sea más o menos que ninguna otra. Posiblemente perder a un hijo sea una de las cosas más devastadoras que le pueden ocurrir a nadie. Algo que nunca vas a superar. Pero supongo que llega un momento en el que, si puedes echarte a un lado y además eres escritor, las cosas empiezan a brotar de tu cabeza. Había partes de mi cuerpo y de mi cabeza que todavía estaban aprendiendo a recomponerse durante el año posterior a la muerte de Mimi. Es difícil de describir, pero hay partes de tu cerebro que… es como si tuvieras de repente a tu lado a alguien que ha estado ausente durante un tiempo, se presenta de nuevo y te dice “hey, ¿qué está pasando?”. Una parte de ti se ha ido. Y nadie te ha dicho lo que viene luego. Las fases del duelo y todo eso. Es un shock para una parte de tu cerebro. Todavía no sé a dónde me va a llevar esto. Y nunca he sido de ese tipo de escritores que se dicen a sí mismos “voy a escribir sobre esto” o “voy a escribir sobre aquello”. O “voy a sentarme hoy a escribir sobre lo otro”. Simplemente abro la ventana, tío, e intento hacer lo mejor de lo que soy capaz, y que resulte honorable. No tengo ningún control sobre lo que voy a escribir, tío.
En cualquier caso, ¿ha cobrado la música para ti un significado distinto tras aquello? ¿Un sentido de trascendencia mayor, o una función más curativa de la que ya tenía?
No sabría decirte. Ha cambiado, por supuesto. Desde las cuestiones técnicas a los hábitos… he de apañármelas de otro modo, he de encontrar otra gente en quien confiar. Tengo a mis hijos, a mis amigos… seguro que algunas cosas se mantienen: la música es algo bello, probablemente creo en ella más incluso que antes. He echado a un lado muchas cosas que ahora no me parecen realmente importantes. Tengo mucho más claro qué es lo que importa. Puedo ver esas cosas como realmente son. Me alegra confirmar que la vida es música, amor y generosidad. Son las tres cosas que hacen el corte. Es lo que importa. Más ahora, seguro. Estoy ensayando con mi hijo, tratando de ver cómo vamos a presentar esta música en directo. Es un proceso completamente diferente y nuevo para mí. Diferentes herramientas y resolución. Hay partes que me dan miedo y partes que me ilusionan, todas muy distintas de todo lo que he vivido como músico hasta ahora. No sé. Vamos a ver cómo va el viaje. Me alegra estar rodeado de amigos y familiares, porque al final son lo más importante.
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