Por más que el grupo ya me lo había advertido, no puedo dejar de sorprenderme al abrir El País, por su suplemento “alternativo”, y ver la fotografía de Ojos de Brujo jugando al voley-playa. La foto es simpática y puedo llegar a imaginarme el sarao que debieron montar durante la sesión. No en vano la banda lleva meses luciendo su fiero desparpajo allí donde les conduce su trasiego musical. Sin embargo, lo que me comentó Marina de que la estampa playera no refleja para nada el espíritu del grupo es totalmente cierto, como tampoco representa a este veranito que se nos va con un balance más bien gélido. Aunque no para los Ojos. Este grupo multicolor no ha parado ni un segundo desde que, en un alarde de intuición e inteligencia, pedían la carta de libertad a Edel, unas semanas antes de que el sello se disolviera literalmente en la nada. A partir de ahí, ellos decidían y lo primero era organizarse para hacer realidad un sueño: transformar
“Ojos de Brujo empezó como un proyecto de colaboración entre gente que estaba en otras bandas, pero sin la intención de montar un grupo”
La Fábrica de Colores en un sello discográfico con el que poder auto-editarse y empezar a trabajar veintisiete de veinticuatro horas al día, como bien apunta Ramón durante la entrevista. Claro que en la empresa no están solos. Un acuerdo con el sello y distribuidora catalana K-Industria Cultural les facilita la distribución, mientras que la siempre bulliciosa oficina de Mestizo Promo les dará la cobertura a nivel promocional. Pero ¡basta ya! de aburridas historias de mercadeo y filibusteros que todo lo enturbian y vayamos al disco. El siempre difícil segundo trabajo en el que ahora se juegan los cuartos.La cita para escuchar “Barí” es en un piso alquilado, mitad vivienda, mitad cuartel general de La Fábrica, que Juanlu y Marina comparten en la populosa calle Ferran de Barcelona. Populosa incluso en pleno mes de agosto gracias a la bulliciosa cantidad de guiris de todas las razas que buscan la Plaza Real con cara de despiste. La misma que pongo yo al escuchar los temas del disco junto a Marina. La acabo de conocer e impone. Más alta de lo que imaginaba y con una mirada felina preciosa, no luce la mejor de sus caras. Se acaba de levantar y su rostro es un fiel reflejo de los estragos de la noche anterior. Tocaban en la Plaza del Gas de Bilbao en plena Semana Grande y la fiesta de antes, durante y después del bolo, se nota. Pero ahí estoy yo, sentado en el sofá entre pegatinas y gadgets del grupo, escuchando los temas con el oído atento para poder captar las diferencias con respecto al anterior. Me concentro en poner mi mente en blanco y, cuando entro en trance, las siento. Lo primero que me viene a la cabeza es que el nuevo trabajo no posee canciones tan divertidas y gráficas como en el primero. No hay un “Ná en la nevera”, un “No hay jachís” o un “Guarachas” y las letras, tal y como minuciosamente me las analizará Marina cuando hagamos la entrevista, son mucho más flamencas. Se ha perdido buena parte del componente latin-ragga, pero se ha abierto una nueva puerta, ahondado en la fusión entre flamenco y hip hop con mayor seriedad y con los platos de Dj Panko gozando de un mayor protagonismo. Una senda que en el primero venía representada por temas como “Tahitá” o “Rumba Dub Style”.
“Conocíamos la dirección que cojamos siempre lo hacemos desde el flamenco. Es así como lo sentimos y, una vez ahí, vamos a lo que nos salga”
El segundo álbum es, por tanto, más entero, más sólido y homogéneo y a la vez menos evidente y fresco. Es un disco de banda, con todo lo de energía que eso representa y en el que los temas vienen en su mayoría firmados por la nueva columna vertebral formada por Juanlu/Ramón/Marina y en el que el gran ausente es Dani Macaco, quien tan solo deja su huella compositiva en “Quien engaña no gana” y “Zambra” y que, por el contrario, participaba en casi todas las composiciones del anterior trabajo. El primer single, “Ventilaor Rumba 80”, es una rumbita catalana muy salada que puede dejarse sonar en todas las radios, episcopales o no. Pero ojo con los Ojos porque, lejos de acomodarse y tirarse por la senda fácil del vacileo canalla, han esbozado sus mejores armas precisamente en los temas más largos o en los más oscuros como “Zambra”, “Naitá” o ”La Bulería del Ay”, pieza que, junto a “Memorias perdidas”, “Calé Barí” y “Tiempo de Soleá”, resulta de sobras conocido para quienes han presenciado alguno de sus adrenalínicos conciertos. La escucha ha finalizado y, tras felicitar a Marina por el nuevo trabajo, quedamos para realizar mañana la sesión de fotos con el resto del grupo. La cita será en la propia casa de Marina y Juanlu a las once de la mañana, una hora demasiado temprana si tenemos en cuenta que estamos hablando de músicos: una especie humana totalmente reñida con el reloj y más si, como es el caso, vienen agotados de encadenar su presencia en el afamado Pop Komm de Colonia con las fiestas de Bilbao. Por fortuna hay algo que facilita las cosas. La banda inicia unas cortas vacaciones de diez días en cuanto finalicemos el reportaje y eso es motivo más que suficiente para que acudan todos de muy buena gana. Pese a ello, hasta bien pasadas las doce no pillamos los taxis que nos llevarán hasta el graffiti. Ojos de Brujo se han caracterizado desde el principio por combinar en su música el flamenquito de bulerías, tanguillos y rumba con elementos propios del hip hop y el latin-ragga. Una relación que, en este disco, se ha profundizado mucho más en lo que al hip hop se refiere, llevándola incluso más allá de lo estrictamente musical e incorporándola con mayor protagonismo en su estética. Para ello han contado con la colaboración de un granaino que responde al sobrenombre de “El niño de las pinturas”, que se ha encargado de la portada del disco, y de otro graffittero catalán, Sendy´s, que se encargó de diseñar el logo del grupo y dejar su huella en uno de los túneles que cruzan la Ronda de d´Alt de Barcelona a la altura del Velódromo del Valle Hebrón. Precisamente es hacia allí a donde nos dirigimos para realizar las fotos y comprobar el peaso arte de estos jóvenes que han dejado para la posteridad en toda una pared de quince metros de largo que, además del logo del grupo, incluye una preciosa estampa de Camarón en pleno cante, un bonito homenaje que viene avalado por la letra del primer single del disco y que, desde aquí, recomendamos ir a visitar, aunque corráis el riesgo de perderos, tal y como nos sucedió a nosotros.
“No estoy de acuerdo con que nosotros vengamos de la huella de Manu Chao”
Como veis, la sesión tuvo de todo, especialmente mucha colaboración por parte de los siete miembros que acudieron, léase Marina (cantante), Juanlu (bajo), Ramón (guitarra flamenca), Panko (Dj), Xavi Turull (percusión), Max (percusión) y Sergio (percusión) más Pau, el fotógrafo, y un servidor, que ofició de runner improvisado con el coche de Ramón para pillar bocatas y birrillas con las que caldear el ambiente. El hachís, el cachondeo y las ganas, harían el resto.La sesión ha finalizado y llega la desbandada. El grupo empieza esas vacaciones de las que os hablaba y, excepto la triada compositiva, el resto huye como alma que lleva el diablo. Sin embargo, mis tres interlocutores y un servidor regresamos a la calle Ferran para hacer la entrevista, no sin antes comprobar por qué a Marina le llaman “la Canillas”. El coche de Sergio no arranca y todos empujamos, con tan mala suerte que la cantante se tuerce uno de sus delicados tobillos. Acomodados ya en el sofá, se inicia la charla. Juanlu parece llevar la voz cantante en cuanto a los temas más organizativos del grupo. A nadie se le escapa que él es el principal responsable del colectivo y uno de sus mayores instigadores desde sus inicios. A su lado, Ramón es el color calé del grupo. Su arte a las seis cuerdas le ha dado a la banda el flamenqueo que requería. Marina, por su parte, hace tan sólo dos años que se incorporó a la banda para acabar convertida en esa cantante con garra, desparpajo y salero que el grupo precisaba y más cuando la ausencia de Dani Macaco obligaba a adaptar muchos de los temas del primer disco para el directo. (Ramón) “El cambio, el sentirnos una banda de verdad, se produce cuando empezamos a rodar, es decir, desde el primer directo”. (Juanlu) “¡Claro! Piensa que cuando empezamos a hacer bolos Dani estaba con su gira de Macaco y tuvimos que adaptarnos”. (Ramón) “De
echo hay temas del primer disco que no los hemos tocado en directo. Son temas que tenía sentido grabarlos, pero pienso que el disco es una cosa y el directo es otra cosa muy distinta, es ahí dónde puedes descubrir al grupo de verdad”). Una ausencia, la de Dani, que ha influido y mucho a la hora de componer los temas del disco. Unas canciones que, en muchos casos, se iban pariendo durante las giras, para poder dotar de mayor contenido a un repertorio que estaba muy limitado por la ausencia de uno de los vocalistas y compositores. Un hecho que podría sorprender si no estuviéramos hablando de Ojos de Brujo. Un grupo que empezó como un proyecto abierto al que se podían unir músicos del más variado pelaje para dejar su impronta. (Juanlu) “Ojos de Brujo empezó como un proyecto de colaboración entre gente que estaba en otras bandas, pero sin la intención de montar un grupo, sino más bien como un proyecto paralelo y, claro, cuando llegó el momento de currar en plan fuerte pues cada uno tuvo que decidir lo que hacía... Esta, sin embargo, sigue siendo una banda abierta y, una vez dejada atrás una etapa, estoy
seguro de que en el futuro conoceremos a más gente que entrará con la misma energía que los otros”. (Marina) “Lo que sí es cierto es que lo que en estos momentos hace al grupo es que estamos seis personas a tope y los demás son elementos que van cambiando”. Pero
profundicemos más en cómo han afectado estos cambios al nuevo disco y cuáles son las diferencias con respecto al anterior. (Juanlu) “Esta ha sido una banda por la que ha pasado mucha gente. Durante toda la primera época estaban Muñeco (luego en Macaco y Amparanoia), Beto (Dusminguet, Macaco) y Dani que estaba con mucha más presencia y ahora creo que hay una base mucho más flamenca por un lado y más hip hopera por otro”. (Ramón) “Pero ha sido algo bastante circunstancial, tampoco es que hayamos buscado unas texturas que no estaban en el primero. El rollo ha sido más el ´ir pa´lante´, investigar. Sacar lo que tienes y si es verdad que hay cosas muy claras como por ejemplo el hecho de que hemos metido más scratchs que en el primer disco, aunque haya sido más que nada porque era algo que se estaba dando en el directo... Este disco es más de banda que el otro en cuanto a que se ha creado con la misma gente, el otro fue más de ir recogiendo cosas. En este hemos estados todos sudando juntos y las cosas se han puesto más en común. Han salido mucho más los colores de cada persona y es como más compacto”. (Marina) “En el otro casi todo se basaba en cosas flamencas, es decir, hay bulerías, hay tangos, hay tanguillos, hay rumba... o sea que, en verdad, tienen en común el que ambos son discos de Ojos de Brujo por igual, porque cojamos la dirección que cojamos siempre lo hacemos desde el flamenco. Es así como lo sentimos y, una vez ahí, vamos a lo que nos salga, no nos asustamos. Sí es verdad que, en ocasiones, al coger esto dejas algo, pero, a la vez, puedes abrir una puerta nueva”. Otro de los cambios importantes del nuevo trabajo es el hecho de que los textos de Marina son ahora mucho más sutiles. Ya no hay mensajes tan gráficos y evidentes sobre neveras vacías o piedras que quemar, por el contrario los temas parecen regirse por un toque de cierto existencialismo muy vital. (Marina) “Tienes razón, yo creo que en este disco las letras son muy flamenquillas. Los niños y las niñas, los abuelos y las abuelas, la memoria, el tiempo... y también es cierto que puede ser más existencialista como por ejemplo en la letra de ´Ventilaor Rumba 80´ que dice ´si este mundo anda perdio y no encuentras la razón, échate una buena rumba y baila, no pa olvidar, sino pa llevarlo mejor. La mochila que llevamos va cargaíta de piedras, del abismo ya nos viene, esta mala condición, sólo nos queda la rumba y una buena bulería, un bailecito por tangos y el cante del Camarón´”.
“El disco que no nos habían dejado hacer lo íbamos a hacer nosotros, lo hemos pagado nosotros”
Fue todo un placer que Marina me fuera desgranando las letras una por una, con sus comentarios y su forma de proceder. Una lástima que no lo pueda reproducir por problemas de espacio, pero una de las cosas que no me gustaría olvidar es la implicación que, desde el principio, ha tenido la banda a la hora de apoyar diferentes acciones con colectivos que promueven la autogestión y una sociedad más equitativa y justa. Una implicación que ahora podrán desarrollar con mayor libertad al no estar sometidos a los dictámenes de una compañía discográfica. Su marcha de Edel aceleró la puesta de un proyecto de auto-edición, que, no obstante, estaba en la mente del grupo desde el principio. Veamos primero cómo se produjo esa decisión tan providencial. (Juanlu) “Fue como una intuición, de repente vimos algo extraño por una serie de cosas que estaban pasando, y sentimos que un proyecto que teníamos pensado para mucho más adelante, era una cosa que teníamos que sacar ya. Fue entonces cuando dejamos la discográfica, con lo cual perdimos todos nuestros royalties y todo eso, pero por lo menos nos quedamos libres y al cabo de dos meses cerraron”. (Ramón) “La clave fue un poco que no podíamos dejar pasar tanto tiempo sin grabar un nuevo disco...”. (Juanlu, interrumpiéndole) “Sí, pero no sé puede hablar de un solo motivo porque hubo muchos motivos. Sobre lo que preguntas de cómo nos sentó, creo que fue algo super positivo porque vimos claro que el disco que no nos habían dejado hacer lo íbamos a hacer nosotros, lo hemos pagado nosotros”. Un proyecto, el de La Fábrica de Colores que ya han puesto en marcha, que les da libertad y que ya han inaugurado con el video de “Tahitá”. Un tema de su primer disco que ahora pueden editar al frustrarse el clip promocional que tenían proyectado cuando estaban en Edel y del que, en principio, se iba a encarga de dirigir Fernando León (realizador de “La Familia” y “Barrio”). (Juanlu) “Puede que sea un poco raro sacar ahora un clip del primer disco, más cuando ya hemos grabado el segundo, pero para nosotros era muy importante a nivel artístico fijar una imagen de esa primera etapa”. Y esa libertad para dirigir sus pasos hacia cualquier dirección les enriquece mucho más de lo que pueda parecer a simple vista. (Marina) “Lo que pasa es que ahora curramos un mogollón”. (Ramón) “Sí, pero ahora nos sentimos más libres”. (Juanlu) “Hombre, claro, ahora podemos hacer lo que nos parezca con nuestros temas. Ahora podemos cederlos para una película, para el corto de un colega, hacer remezclas o un vídeo. Lo pagas y es de tu propiedad. Todas esas cosas que hemos sufrido en el anterior disco ahora son una liberación”. (Ramón) “Sí, pero ahora, como dice Marina, curramos veintisiete horas de veinticuatro, solo que gastas tus energías en algo que es tuyo y tú decides. Antes currabas lo mismo y la mayoría de cosas se quedaban en
nada, lo que frustra mucho más”. Una libertad que, imagino, abre unas preciosas expectativas de cara al futuro, pues nada más gratificante que sentirte dueño de tu propio destino sin estar condenado
a pasar por el aro que dibuja el dinero. (Juanlu) “A nivel intuitivo sentimos que hay una energía muy bonita y que estamos luchando por el grupo. Eso es algo que se transmite y sí, es verdad, sentimos que vamos a por todas...”. (Ramón) “Yo lo veo más como que todavía hay muchas cosas que contar, muchas inquietudes, porque a un artista lo que más le gusta es la repercusión que tiene su obra y que le escuche mucha gente. Ahora sentimos que vamos a tener tiempo, porque, en el fondo, sabes que las cosas suben y bajan y pasan, y ahora sentimos que vamos a tener más tiempo para expresar todo lo que queremos expresar”. Para finalizar la entrevista, no podemos pasar por alto su opinión sobre si se sienten parte de algo, de un movimiento mestizo afincado en la Ciudad Condal, que algún atrevido ha etiquetado ya como “sonido Barcelona” y cuyas propuestas estarían condensadas en el reciente recopilatorio que, bajo el título de “Barcelona Zona Bastarda”, ha publicado Organic Records con el apoyo de K y el Club Mestizo. (Junalu) “Mira, te voy a decir lo que no siento. Dentro del disco hay un comentario de un periodista que habla de la huella de Manu Chao en Barcelona y pone dos puntos para decir: Macaco, Ojos de Brujo, etcétera. Pues mira, no. Yo me siento cercano a todo lo demás porque somos bandas cercanas, músicas cercanas y con un público parecido, pero no estoy de acuerdo con que nosotros vengamos de la huella de Manu Chao. Es una especie de mítica y, desde luego, eso es del todo incorrecto, porque el corazón del grupo viene de otro sitio. Manu ha tenido su escuela y nosotros venimos de otra”. (Ramón) “Como anécdota te diré que yo no sabía ni quién era. Incluso he llegado a estar junto a él en la plaza del tripi (se refiere a la Plaza George Orwell de Barcelona; n. de r.) sin saber quién era y de verdad que no le había escuchao. Con la música que hace este hombre soy muy ignorante, no sabía ni lo que hacía...”. De acuerdo, eso es lo que no sentís, pero vayamos a lo que sí sienten los Ojos de Brujo. (Juanlu) “Yo me siento en una ciudad que está en pleno auge cultural y eso es algo muy amplio. No es una cosa específica del sonido tal o cual”. Ya, pero el hecho de que hayan pasado músicos tan diversos por el grupo da una idea de complicidad entre todos. (Juanlu) “La
diferencia es que las gentes de esos grupos éramos colegas, o sea que no venían a colaborar y tal, sino que vivíamos todos juntos en casa haciendo vida normal, muy de calle también. Después cada uno se ha ido definiendo porque en Ojos de Brujo, sí quieres que te diga la verdad, antes de estar Muñeco con Dani o con Amparanoia ya estábamos trabajando en temas para Ojos de Brujo en casa. Por aquí ha pasado mucha gente, pero también ha habido otros a los que hemos conocido hace poco, como a Maxi que le conocimos en Formentera”. (Marina) “Yo sí creo que existe algo en común, porque, por ejemplo, yo vivo en Barcelona desde hace dos años, pero en el centro, y mi realidad es muy diferente a la de Ramón que vive en la Trini y su barrio no es como el centro. Yo le
puedo decir ¡qué guay es tu ciudad, cómo mola la de gente que hay de otros países!, pero su realidad en la periferia es otra. Yo, en el centro, veo mucho movimiento, gente que viene y va, gente de muchas nacionalidades, gente de Sudamérica que aporta música y con la que te relaciones y tienes un lenguaje común porque es música muy callejera. También es verdad que hay un poco más de conciencia en los tema, sin caer tampoco en lo panfletario”. (Juanlu) “A mí, lo que no me parece mal es lo de unir esfuerzos e ir a tocar juntos, pero de ahí a hablar de un ´sonido Barcelona´ cuando esto cambia a cada minuto, me parece exagerado”. Pero la exageración vende, amigo Juanlu.
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