Aguas cristalinas
EntrevistasThe Go-Betweens

Aguas cristalinas

Redacción — 16-06-2005
Fotografía — Archivo

Siguen igual que el primer día pero mejor: un binomio mágico en el que uno es más melancólico y otro más cínico, uno más serio y otro más estrellona. Eso sí, continúan siendo la quintaesencia del pop delicado, como bien puede apuntarse tras escuchar “Oceans Apart” (Mushroom Pillow).

Ese pop delicado que siempre ha caracterizado a The Go-Betweens sólo se desboca cuando realmente hace falta. “Oceans Apart” es su intento consciente de volver a estar en boca de todos como lo consiguieron con “16 Lovers Lane” (Capitol, 88). ¿Serán capaces? Naturalmente que no. Si no no serían The Go-Betweens, un grupo que, aunque parezca mentira, sigue siendo en 2005 ese secreto que ha marcado la vida de un buen porcentaje de los que han cogido una guitarra para hacer pop desde 1982 en todo el mundo. Los temas de conversación con Forster y McLennan son los mismos de siempre y ellos mismos los provocan. Este, como otros momentos, es un nuevo comienzo, pero no un nuevo pulso con el público, los medios o los sellos. (Grant McLennan) “No puedes existir mucho tiempo si no te escapas de la presión. Te volverías loco. Ahora la única presión que queremos es la de escribir canciones”. Y volvemos a lo del pop delicado y perfecto, a esa finura hermética que choca con el eterno movimiento de compañeros de generación menos activos, como Everything But The Girl, quienes vuelven de nuevo a probar suerte con un álbum de remezclas con un título muy testimonial: “Adapt Or Die”.

"Algunos me han dicho en entrevista europeas que estamos tratando de buscar un camino hacia el hip hop"

(Robert Forster) “Para nosotros hubiera sido más adecuado algo como ´Inventar o morir´, porque cada vez que hacemos un disco nuevo intentamos no repetirnos. En ´Oceans Apart´ cada canción nos ha salido como un universo aparte. Sólo Mark Wallis, el productor, ha conseguido unificarlo parar que resultase coherente y te golpeara como un subidón de cuarenta minutos, mientras que nuestros dos discos anteriores se basaban más en las canciones. De todas maneras, nos sentimos mucho más cerca de grupos de ahora que de la mayoría de los ochenta”. Hay que recordar que Mark Wallis ya les produjo “16 Lovers Lane”. (McLennan) “Queríamos volver al ring, queríamos volver al meollo, queríamos grabar un disco en Europa, en Londres, donde todo el resto de la gente está grabando discos, queríamos volver al centro del mundo del pop y volver a boxear otra vez”. (Forster) “Nosotros no elegimos ser un secreto. Nuestra música no es particularmente experimental, hacemos canciones que son muy orgánicas, y hemos tenido un poco de mala suerte y a lo mejor hemos tomado algunas decisiones equivocadas alguna vez. Nos preguntan mucho sobre el éxito comercial y por qué no somos tan conocidos, y me hace pensar qué sería del mundo si se vendieran dos millones de copias de discos de The Go-Betweens”. Un lugar más cabal seguro, pero también un lugar en el que el lirismo de sus canciones no encerrara dentro de si su poco de intimidad confidencial. (McLennan) “Durante los últimos cinco años Robert y yo hemos buscando otros Go-Betweens, y finalmente hemos encontrado a dos chicos que se ríen con nuestros chistes, pero que al mismo tiempo nos insultan (Glenn Thompson y Adele Pickvance), así que de alguna manera nos hemos acostumbrado a ser un grupo de nuevo. Entre ´16 Lovers Lane´ y ´Friends Of Rachel Worth´ habían pasado doce años durante los que Robert y yo tocamos mucho juntos como Go-Betweens, pero éramos sólo dos, y lleva tiempo conseguir el ritmo adecuado entre la gente para poder hablar de un grupo real”. Teniendo en cuenta esos factores, se agradece que sus canciones se abran a atmósferas creadas con elementos rítmicos que hasta ahora eran inéditos en el grupo. (Forster) “Algunos me han dicho en entrevistas europeas que estamos tratando de buscar un camino hacia el hip-hop, y sabes que no lo haríamos. Los elementos de la canción ya estaban inventados con los Beatles antes de 1967, pero para nosotros es una combinación que ha surgido accidentalmente”. Naturalmente, como antiguo fan de The Go-Betweens, no me puedo marchar sin comentarles lo poco acertados que me han parecido siempre los partidismos a favor de un compositor u otro, cuando la magia reside en el contraste entre Forster y McLennan; aunque seguro que estarán cansados de responder a este tipo de preguntas. (McLennan) “No, en absoluto, es un pregunta comprensible. Hay dos compositores diferentes y dos voces diferentes, pero también los había en los Beatles, y el hecho es que cuando los dos cantaban juntos es cuando mejor iba. Así que si hay gente que prefiere a uno o a otro, no me preocupa aunque creo que no están teniendo en cuenta el resultado final. Se pierden lo que son los Go-Betweens”. Pop mayúsculo.

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