Godard sabía perfectamente lo que hacía cuando inició su particular viraje del arte hacia la realidad. Los delirios de grandeza antiguos quedaban atrás; empezaba una nueva grandeza, mucho más terrenal, que viajaría desde la periferia hasta el núcleo comercial de la industria. Una nueva ola que en cierta manera aborda también Against Me! Tom Gabel es, además de nuestro interlocutor, el artífice compositivo de esta nueva época para los de Florida. “Para nosotros tiene que ver con un cambio en la banda, trabajo con nuevo sello, con nuevo productor, pensábamos que el título se ajustaba bastante bien el título. No sólo haciendo música, es bueno en todos los ámbitos animar a la gente a que haga cosas y se mueva”. Coros pop, la voz de Tegan Quin (Tegan & Sara) o temas que abren nuevos caminos como “Stop!” o “The Ocean”, quienes quieran poner pegas pseudo-underground a “New Wave” tienen ingredientes, que no tanto argumentos, para su menú viperino. Lo cierto, sin embargo, es que se trata de un tratado casi de referencia a la hora de conjugar pulsiones rockeras, melodías pop-punk y ese desgarro proverbial del norteamericano que, cargado de valores morales, desearía verlos reflejados en su entorno social y político. “La frontera entre lo personal y lo político no siempre está clara. En cuanto a las letras, lo que es personal para alguien puede ser político para otro, y viceversa. Si le llega a alguien, no importa la definición”.
Desde siempre ha sido Against Me!, es cierto, un cuarteto en el que no importan demasiado las definiciones ni los convencionalismos, ya desde la unión que han hecho siempre de las raíces folk con el hardcore más combativo, dos vertientes que comparten muchos más valores de los que a priori pudiera parecer. “Es, o está siendo, una experiencia muy positiva y es el paso que queríamos dar para que la banda crezca. La gran diferencia entre vender discos para una independiente y hacerlo para una multinacional es el número de personas que trabajan en esa empresa. Al principio se trataba de una, en el siguiente paso eran dos o tres, en el tercer sello ya eran cuatro o cinco, en Fat Wreck como diez o quince y ahora en Warner cientos de personas trabajando con tu disco. Eso repercute obviamente en la distribución, a qué sitios o a qué número de sitios llegas, lo que es importante a su vez para hacer giras. Es conveniente que a ese lugar haya llegado tu disco en distribución”. Asegura Tom que “grabamos quince o dieciséis canciones para el álbum, que al final se ha quedado en diez, y había un par de acústicas ahí, pero finalmente las quitamos porque creímos que así el disco tenía más coherencia”. La coherencia, esa entelequia que cada día baja de precio, se pasea aún no muy manoseada por un álbum más afilado en su contención rockera que la dispersión compositiva de antaño y con una producción de Butch Vig (Nirvana, Sonic Youth, Helmet) sencillamente espectacular. Todo bien nítido, sobrio y con el norte bien enfocado. Tal y como lo tiene Gabel haciendo breve balance de toda una década. “Han cambiado muchísimas cosas, principalmente porque yo tenía diecisiete años cuando empezó Against Me! y ahora tengo veintisiete. Han pasado diez años y precisamente de los más formativos de la vida de una persona”. ¿Y la escena? “Creo que hay mucha gente de mente muy cerrada en el mundo, y como parte de él, también en la escena hardcore-punk. Hay gente reaccionaria a la que no le gustan los cambios, que sin embargo son necesarios para que ocurran cosas. Si mi nieto me preguntase dentro de treinta años qué era el hardcore seguramente la mejor respuesta sería ponerle algún disco”. Encantado con la idea de volver a España (la última visita data de cuatro o cinco años atrás) este verano a algún festival, Tom Gabel parece (y tiene motivos para ello) orgulloso de haber entregado uno de los álbumes fundamentales del año pasado para todos aquellos que quieran entender como se mezclan raíces, hardcore e integridad… “¿Que cómo definiría la integridad en la música? ¡No lo sé!”. Probemos con el play…
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.