Jairo Zavala vuelve a la actualidad con un nuevo trabajo, “La increíble historia de un hombre bueno”, obra polifacética que juega con más sonidos musicales que en pasos anteriores, pero que no abandona las temáticas cercanas y ese lenguaje sencillo que narra el mundo sin artificios. Zavala, además de corazón y motor de Depedro y músico de Calexico, es un viajero nato. Y eso es algo que se refleja en este nuevo larga duración, grabado a caballo entre París, Arizona y Madrid. “Depedro no podría existir sin los estilos de fuera. De hecho, a raíz de colaborar con Calexico comencé a tocar más instrumentos y esto me ha permitido afrontar la música de manera emocional, no como antes, que la veía de manera racional”.
La influencia de la banda de Arizona y las continuas colaboraciones musicales que ha tenido el músico ha ido creando el proyecto de Depedro, que se nutre de varias fuentes. “Lo de Arizona es una casualidad, la verdad es que hay un gran sello de Latinoamérica. Me llena el alma cada vez que voy a tocar allí”. Es una tierra que lleva muy presente y que vuelve a homenajear en este álbum con “Pescador”, una canción del músico colombiano José Barros. “Mi amigo mexicano Salvador versionó en Arizona esta canción y me encantó”.
En este tercer disco, Zavala ha contado con la colaboración de músicos como Nick Urata (Devotchka), del cual siempre fue seguidor. “Hemos coincidido en varios festivales y soy fan de su grupo desde que ví ‘Little Miss Sunshine’”. La experimentación es una de las características de este trabajo, en el que juega con varios estilos como el pop o la electrónica. Un buen ejemplo es el single, “Hombre bueno”. “Mi proyecto es una olla donde caben muchos ingredientes y seguirá cambiando en el futuro”. “La increíble historia de un hombre bueno” también mantiene un tono de esperanza, de cambio y de lucha. “Quiero pensar que esa figura tradicional que nos ha enseñado a ser buena persona y comportarte bien, no ha desaparecido”.
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