“Todo el disco habla de enraizar, de ciclos que acaban y etapas que empiezan”
EntrevistasAdrià Salas

“Todo el disco habla de enraizar, de ciclos que acaban y etapas que empiezan”

Joan Sánchez — 03-02-2025
Fotografía — Mireia Rodríguez

Parar es un propósito demasiado difícil para quien no conoce la calma. “Yo quería hacer un descanso, pero no lo estoy teniendo porque me envalentono rápido”, explica Adrià Salas, que presentó el pasado 17 de enero su nuevo álbum en solitario, “Corazón de Maguey” (Calaverita Records, 25).

Adrià ha aprovechado el parón que ha hecho con La Pegatina para cantar todo lo que no ha podido cantar hasta ahora con su banda. “Hay muchas canciones que no hemos hecho con La Pegatina porque eran muy lentas o porque el grupo no quería tocarlas, pero a mí me flipan el country, las canciones intimistas…”. Y así, “Corazón de Maguey” se convierte en un viaje ecléctico, pero coherente, que no ha cobrado sentido hasta su estreno. “Lo de ir sacando temas como singles es un poco… Claro, nadie está escuchando el disco entero, tal y como yo lo he concebido, pero es la forma de hacerlo para que la gente sepa que existe, porque no tengo la misma repercusión que con el grupo”, explica.

Por partes o del tirón, lo que queda claro es que Adrià relata en este nuevo trabajo su propio camino. “Todo el disco habla de enraizar, de ciclos que acaban y etapas que empiezan…”. A la pregunta de si lo ha conseguido responde con una buena carcajada. “Yo creo que estoy en proceso, porque estoy en plena mudanza de la ciudad al pueblo. Estoy intentando reconectar conmigo mismo y con todo lo que era antes de La Pegatina…”, confiesa. Además, el cantante tiene metas sencillas: solo quiere “ver qué pasa fuera de este circuito de relativa fama” y escapar de “la sobreestimulación de la sociedad”, casi como acto revolucionario. Sin embargo, emprender un viaje como este a solas sin perder el norte sería demasiado difícil, por lo que el amor asume un rol protagonista como actor imprescindible en “Corazón de Maguey”. “Creo que todo este momento de reflexión ha llegado en un momento en el que he encontrado a una persona con la que convivo que me lleva hacia ese lado”, agradece Adrià. Por eso, sentencia: “Para mí, el amor es lo contrario del caos”.

“Soy demasiado transparente y es un problema porque al final me engañan siempre”

Como el amor es compartir, “Corazón de Maguey” está cargado de colaboraciones de artistas emergentes —y no tan emergentes— que le gustan y con los que busca “una conexión y una energía bonita”. Desde el folk latino de laia y Nano Stern hasta la delicadeza de Alicia Rey, pasando por el estilo oriental de los húngaros Bohemian Betyars, Adrià no escatima en invitaciones. Sobre la banda de Budapest, explica que, como él colaboró en su álbum, quiso invitarlos a ellos a cantar en el suyo. “Son unos húngaros que vienen mucho a tocar a España en festivales del rollo de La Pegatina. Son muy majetes y hemos hecho amistad”.

Este trabajo del catalán es un disco autobiográfico hasta la última consecuencia. Por ejemplo, “De la tierra donde vengo” nace del conflicto que presenta Gioconda Belli en “La mujer habitada”, en el que Adrià se ve fuertemente reflejado. “Hay un discurso continuo que dice que si tienes un micrófono lo tienes que usar no solo para cantar, sino también para expresar otras cosas”, explica. Pero defiende que “la implicación tiene que ir más allá de hablar y decir cuatro cosas”. Por eso, cuando las palabras son insuficientes, la música se erige como solución. Sucede lo mismo con “La luna no se va a caer”, un desahogo de ritmo ligero. “Soy demasiado transparente y es un problema porque al final me engañan siempre”.

A pesar de lo natural que se desprende de la sinceridad de “Corazón de Maguey”, Adrià no da puntada sin hilo. El detalle excede toda expectativa con la composición energética del disco. “Busqué que tuviera sentido numerológico. Miré la suma de las letras de los títulos a nivel pitagórico…”. Ocurre, por ejemplo, con “Over The Rainbow”, dominada por la energía del cinco —tanto por la suma de sus letras como por su posición en el álbum—, “que significa cambio”. De hecho, “el disco tenía doce canciones” y sacó una para dejar el tracklist en once, un número maestro. Al margen de lo esotérico, por supuesto, hay una preocupación estética que persigue la concepción del elepé como algo único. “Nos cansamos muy rápido y cambiamos de disco, así que hay que buscar la forma de que entren bien [las canciones]. De hecho, he intentado reducir al máximo el silencio entre una canción y otra para que vayan muy ligadas y que sean como un solo track”.

El viaje del catalán culmina con las presentaciones de “Corazón de Maguey” en Madrid (5 febrero, Sala El Sol; dentro del Inverfest) y Barcelona (6 febrero, La [2] de Apolo; dentro del Guitar BCN). “Montamos una banda de ocho personas: vienen dos de La Pegatina, dos de la Balkan Paradise Orchestra… Y cada día vienen entre nueve y diez colaboradores”, avanza. Explica también que quiere hacer “conciertos a guitarra y voz en cafés y bares”, además de participar en festivales íntimos. Finalmente, corona su aventura con una gira con Bruno Sotos en México. “Haremos cinco conciertos en cafeterías él y yo a dos guitarras”. Al final, Adrià confiesa que lo hace todo para “quitarse el gusanillo”, porque, ríe, “lo otro ya lo sé hacer”.

Agenda de conciertos 

Miércoles 5 feb 21.30h 20,00 €
Jueves 6 feb 20.00h 20,00 € (Guitar BCN)

 

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