Avulsed están de vuelta con un nuevo trabajo bajo el brazo, con las garantías y el aliciente que supone grabar allende nuestras fronteras y dejar el delicado menester de la masterización en manos de un músico reputado como James Murphy. Pero siendo la esencia de un álbum las canciones, lo que más llama la atención de «Stabwound Orgasm» (Repulse, 99) es la variedad de influencias que abarca, desde el death metal europeo de principios de la década, hasta sonidos made in USA, pasando por un uso de la melodía, deudora del heavy metal tradicional. «Nunca nos hemos catalogado dentro de un estilo concreto. Mucha gente cuando empezamos, tenía la idea equivocada de que éramos brutal death, aunque nunca hemos ido de ese palo. Los temas nunca han sido super veloces. Estamos influenciados tanto por grupos de principios de los noventa como Grave, Demigod o Dismember, como por SUP o por toques en algún ritmo como Fear Factory, Carcass o Cannibal Corpse. Mezclamos brutalidad y melodía, sin ir de originales. Nuestro punto está en la variedad». Aunque ahora el metal extremo disfruta del amparo de las distribuidoras y, por ende, muchas compañías han visto incrementado su potencial, Avulsed muestran cierto recelo y prefieren seguir jugando en casa. «Estamos bastante cómodos en Repulse y no porque gocemos de más ventajas que nadie. Pero nos da reparo firmar un contrato con una compañía gorda donde no te dejan ni respirar, donde te exigen giras en ciertos momentos con las que no puedes cumplir. En el futuro no te digo que las cosas cambien, pero mientras hacemos crecer nuestro nombre y mejoramos nuestra música, preferimos sacarnos los discos nosotros y editar los trabajos que queramos donde queramos, sin que nadie lo impida». Cuando un disco conlleva los esfuerzos invertidos en una obra como ésta, sus autores siempre esperan algo de su público. «Queremos que la gente escuche el disco y vea que hay temas que convencen, sin tener que envidiar a nadie. Que se reconozca nuestra música ayudada por la producción. Tampoco tenemos unas expectativas de hacernos ricos sólo que la gente venga a nuestros conciertos y que reconozcan nuestro sonido». Tras los flirteos con el techno en «Cybergore» (Repulse, 98) y la dimensión que ha adquirido la melodía en las composiciones, se hace obligatorio preguntarle a Dave Rotten (vocalista), qué se ha movido durante estos siete años en el seno de la banda. «Muchas cosas. Al principio no teníamos ni puta idea de tocar, empezamos a hacer temas y a controlar un poco más. Pretendíamos ser lo más brutales posible. Con la entrada de los otros miembros, las canciones van cogiendo otro carácter siempre dentro de lo que es el death metal y perdiéndole el miedo al qué dirán».
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