Abajo las fronteras
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Abajo las fronteras

Redacción — 04-05-2006
Fotografía — Archivo

Burns y Convertino siempre lo han tenido muy claro, pero ahora aún más. En “Garden Ruin” (City Slang/Sinnamon) apenas hay instrumentales experimentales o rock del Chicago de los noventa, ni siquiera suenan mariachis. A no ser por la colaboración con Amparo Sánchez (Amparanoia), ni siquiera se observaría una evolución o un cambio. Están incómodos con la vida en Estados Unidos y prefieren combatirla así, que seguir siendo los nostálgicos del sonido fronterizo.

(Joey Burns) “Hemos estado mucho tiempo de gira con Iron & Wine o Neko Case y eso influye mucho, pero este disco es más un reflejo de lo que supone estar ahora en los Estados Unidos: un sitio en el que la gente está llena de frustración y no tiene apenas esperanza. Sentíamos que teníamos que hacer música que fuera más útil de cara a la realidad de cada día, que volver a conseguir una mera melodía bien arreglada. En ese aspecto, ´Garden Ruin´ tiene una mentalidad muy punk, porque ataca la dirección en la que avanza el país, por lo que este disco es mucho más sobre y para América, igual que el punk rock de los últimos años era tan americano, porque proponía ser más individualista e ir a contracorriente. Siento hablar tanto rato seguido, pero tengo necesidad de decirlo”.

"Hay que cambiar y desafiarse a uno mismo a caminar hacia lugares diferentes y conseguir hacer cosas que no fueran lo que tú esperarías de nosotros"

Joey Burns está cabreado con el mundo. No es su forma de ser, así lo atestiguan el resto de sus discos con Calexico, las colaboraciones con medio mundo (desde Nancy Sinatra hasta Gotan Project) y todas sus entrevistas anteriores, pero está harto de que a este par de músicos geniales los tomen por el pito del sereno. Para muestra, sólo hay que nombrar a su ínclito ex-jefe desde 1990, Howe Gelb, alma de Giant Sand. “No sé lo que le pasa, un día quiso reclutar a una banda danesa y centrarse un poco más en hacer cosas que le reportaran un poco más de éxito personal. Le queremos mucho pero no sabemos cuál es su problema. Tal vez algún día podamos tocar juntos otra vez, pero de momento es bueno que Howe haga su trabajo sin nosotros y se aclare un poco. Leí el otro día un artículo en la prensa local en el que dijo que trabajamos demasiado por nuestra cuenta para estar con él, pero mira la cantidad de discos en los que trabaja él aparte de los de Giant Sand. No para, el tío, así que debe haber otra razón que no quiero pensar”. Ni hace falta decirlo. Es una pena que en el último concierto de Giant Sand en Madrid hubiera tanta gente que no comprendiera que John y Joey ya no estuvieran con su amigo de toda la vida, pero como dice Joey: “Hay que cambiar y desafiarse a uno mismo a caminar hacia lugares diferentes y conseguir hacer cosas que no fueran lo que tú esperarías de nosotros. Nunca hemos sido exactamente lo mismo... aunque puede que esta vez haya sido nuestro mayor cambio”. De hecho, en álbumes anteriores de Calexico había aparecido un grupo de mariachis porque “son los únicos músicos de verdad con pelotas” o habían invitado desde Laetitia Sadier de Stereolab hasta Rob Mazureck de Isotope 217 (grupo paralelo de algunos Tortoise), mientras que en “Garden Ruin” la colaboración más llamativa es la de Amparo Sánchez. Jienense, no californiana, y de Amparanoia, no de June Of 44. Vamos, que lo tiene todo para la polémica de su público de toda la vida. “La escuché en un disco que me pareció de lo más fuerte que he escuchado últimamente, y contacté con ella y con su marido, que son grandes músicos, y me encantó el espíritu que tienen para hacer las cosas. Sé que tiene esta inclinación hip-hop y que es amiga de Manu Chao, y puede que lo que haga sea muy diferente para el público que podamos tener Calexico, pero le gusta la música que nos interesa a nosotros. Quisimos que estuviera en una canción que habla de inmigración, ´Roka´, pero no sólo de la que hay entre Estados Unidos y México, sino de la inmigración global que puede haber desde África o Europa del Este. Queríamos hacer la canción con alguien que pusiera el corazón en lo que hace, y esa es ella. Sus discos puede que suenen diferentes para la gente en España o Francia, pero ella es increíble, y he tenido el privilegio de conocerla y a Muñeco y a Jairo y a más gente; y es cierto que ha venido otra gente diciéndome que esa era ´una compañía muy diferente´, pero que les jodan, qué coño saben de lo que nos conviene o no. No sabéis una mierda, dejadnos en paz. Abrid los ojos y no os toméis las cosas tan a pecho. Escuchad la música que hace y lo que dice. Es como si todavía hubiera quien le reprochara a Bob Dylan que haya dejado la guitarra acústica y haya cogido la eléctrica”. Como ha dicho Joey, “Garden Ruin”, es un disco que está hecho más por y para América. Aquí vemos las cosas de un modo distinto, pero sabemos que quizás el camino que siguen para expresar lo que quieren les lleve también a cambiar de sonido y su rock termine siendo folk sin raíces de aquel que hablaba Santiago Auserón en los ochenta. “Me encanta que digas eso, porque nosotros por una parte creemos que en Europa se escucha más a Amalia Rodrigues de lo que se la escucha, y no sabemos siempre cómo se comprende el rock fuera de Estados Unidos, ni qué ocurre en Madrid, Milán o Berlín, y desde luego es una experiencia completamente distinta. Aunque nuestro disco no suene como Hüsker Dü o The Stooges se terminará situando en el mismo lugar, que puede coincidir al final con los trabajos que se están haciendo de ‘americana’, que al fin y al cabo utilizan una herencia sonora para enfrentarse con la dirección en la que va todo el mundo. Por eso, ahora mismo, más que ser un grupo de nostálgicos que hacen lounge fronterizo, para nosotros es mucho más importante contar lo que está ocurriendo en nuestra tierra”.

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