A por la pista
EntrevistasThe Rapture

A por la pista

Joan S. Luna — 29-09-2006
Fotografía — Archivo

Duques del post-punk para bailar, los estadounidenses vuelven tras tres años de silencio discográfico con “Pieces Of The People We Love” (Motown/Universal), una obra que toma las curvas a toda velocidad pero sin miedo a estamparse. Amarles es sencillo.

La historia de The Rapture es similar a la de muchas otras formaciones interesantes del underground estadounidense. Nacidos en San Diego, debutaron en un –por aquellos días- prestigioso sello indie, Gravity, con un mini-álbum, “Mirror” (1999), que les mostraba como dignos sucesores del post-punk británicos de finales de los setenta y primeros ochenta, al que se sumó algún que otro single en sellos cien por cien íntegros. Sus miembros venían rebotados de una formación llamada The Calculators, más cercana al sonido sintético de un Gary Numan, que apenas había conseguido repercusión. Ampliaron sus horizontes trasladándose a Brooklyn, descubriendo una nueva forma de trabajar y una floreciente escena que no perdía la compostura a la hora de combinar rock y baile. La eficacia de sus directos fue pasando de boca en boca hasta que la mismísima Sub Pop decidió publicarles el Ep “Out Of The Races And Onto The Tracks” (2001).

"En tiempos de ‘Echoes’ nos preocupaba mucho ser una banda cool y eso no ha sido relevante esta vez"

Siendo los tipos más cool de la zona, no les costó demasiado entrar en contacto con James Murphy y DFA, quienes produjeron su descomunal hit “House Of Jealous Lovers”, publicado originalmente como white label de doce pulgadas que circuló a toda velocidad entre los Dj’s de la zona. Tal fue su repercusión que, al igual que el “Losing My Edge” de LCD Soundsystem, incluso en Europa, principalmente en ciudades como Londres o Berlín, el tema se convirtió en un corte obligado en las sesiones de los pinchadiscos más guays. Meses más tarde, ya en 2003, The Rapture veían como su largo, el abrumador “Echoes”, salía al mercado vía Univesal. El resto es historia. La forma de entender la música de baile y combinarla con el legado de The Cure y del post-punk de P.I.L. en canciones como “Sister Saviour”, “Open Your Heart”, “I Need Your Love” o esa “Olio” repescada de “Mirror” no dejó atónitos. Luke Jenner (voz y guitarra), Vito Roccoforte (batería), Matt Safer (bajo y teclados) y Gabb Andruzzi (cencerros, teclados y bailoteos) tenían la fórmula perfecta. Ahora, tres años más tarde vuelven con “Pieces Of The People We Love”, un disco mucho más diverso estilística y rítmicamente, para el que han contado con un equipo de productores de excepción (Ewan Pearson, Paul Epworth y Danger Mouse). Pero el grupo ya no suena igual que antes. Su abanico de influencias se ha ampliado y The Rapture parecen no tenerle miedo a nada.

"No somos una puta boys band a la que alguien escribe todas las canciones"

“Lo que puedo decirte es que no hemos sentido tanta presión como cuando grabamos ‘Echoes’. De alguna forma, en aquellos tiempos nos preocupaba mucho ser una banda cool y eso es algo que no nos ha importado esta vez. Somos como somos y estamos orgullosos de ello”, me comenta vía telefónica un simpático y parlanchín Luke Jenner. “Al empezar a trabajar en el nuevo material nos sentamos y hablamos sobre qué era lo que queríamos mantener del sonido original de The Rapture y qué era lo que queríamos probar en las nuevas canciones. Nos gustan nuestros viejos discos, nos gusta nuestra banda, así que entre todos decidimos cuál era el camino a seguir de ahora en adelante. Al involucrarnos todos, sabíamos que no podíamos meter la pata, eso solamente puede pasarle a los artistas en solitario porque no tienen nadie que se les enfrente y pueden llegar a grabar cualquier cosa que se les pase por la cabeza sin tener una opinión que les guíe. En cambio, si estás en un grupo y un día te presentas en el local diciendo ‘quiero hacer un disco que suene como...’ es muy posible que el resto de la banda te diga ‘eh, tío, cállate la puta boca’”. Pues sepan que, una vez más las han creado. Por lo menos seis de las canciones de “Pieces Of The People We Love” se disfrutan con pasmosa facilidad, tenga o no ganas de mover el culete. Como alguno de ellos ha comentado, quizás este sea su disco “para los sábados por la noche”. “No sé exactamente si es un disco para los sábados por la noche, pero sí sé que es para pasarlo bien, para bailar si te apetece o para escucharlo en casa. No creo que sea tan importante cuándo o cómo lo escuches, sino que te metas en las canciones y las disfrutes. Tengo claro que ‘House Of Jealous Lovers’ llegó a mucha gente gracias a que los Dj’s la pinchaban, pero eso nos fue muy bien. Nosotros hacemos música rítmica, música bailable. Hay quien desmerece a los artistas que escriben canciones para bailar y no lo entiendo. ¿Qué más da cómo te conozca la gente si le gusta tu música? Dudo que algún día dejemos de darle importancia a los ritmos porque es una parte fundamental de esta banda. Incluso en directo, sin la producción del estudio y aunque sonemos mucho más crudos, el ritmo y el baile sigue siendo uno de nuestros elementos fundamentales”. ¿Por quién doblan los cencerros? Daft Punk rindieron tributo a sus maestros en “Teachers”. Citaban a Dr. Dre, Brian Wilson, George Clinton, Jeff Mills, Armand Van Helden o Derrick Carter. Cuando versionaron ese tema, Soulwax listaron a los suyos (AC/DC, Jane’s Addiction, Kyuss, Sonic Youth, MC5, Cramps, Roxy Music, Killing Joke...). En “Losing My Edge” de LCD Soundsystem, James Murphy nos recordaba lo importantes que fueron para él “Human League, The Normal, Swans, Soft Cell, Sonics...”, incluso Le Tigre nos desvelaron a qué féminas admiraban en “Hot Topic” (The Slits, Hanin Elias, Nina Simone, Cibo Matto, Aretha Franklin...). Podríamos considerar que “Pieces Of People We Love”, el nuevo disco de los americanos The Rapture, cumple exactamente esa función, la de reverenciar a todos los maestros musicales que han tenido, aunque ellos opten por acercarse a sus coordenadas musicales en lugar de citarles. Sin ir más lejos, a la habitual referencia de los P.I.L. de John Lydon se suman en esta ocasión Gary Glitter (de quién solían versionar en directo “Rock’N’Roll (Part II)”) en precisamente el título que da nombre al álbum; The Beatles en “Live In Sunshine”; Stereo MC’s en el single “Get Myself Into It”, la música disco de los setenta; Tom Tom Club y el hip hop primitivo de los tiempos de “Beat Street” o “Wild Style” en “Whoo! Alright, Yeah... Uh Huh” e incluso los cencerros de ESG, Liquid Liquid, DFA, Santana o Sugarhill Gang, por poner algunos ejemplos. The Rapture son conscientes de que no inventan nada, pero son unos maestros rumiando influencias y adaptándolas a su estilo. “Somos unos grandes aficionados a la música y cualquier cosa que escuchemos puede influir en nuestro sonido. Nos gusta desde el soul al rock, desde la música bailable a bandas extrañas que hemos visto tocar decenas de veces en San Diego o Brooklyn. Dices que en ‘Get Into It’ sonamos a esos grupos (Stereo Mc’s, Happy Mondays) y no te voy a decir que no nos hayan influido como muchos otros. A mí personalmente me gustan las grandes canciones de todos los tiempos. Mi favorita de siempre te diría que es ‘Louie Louie’ de The Kingsmen. Como decías, este disco se llama ‘Pieces Of The People We Love’ y, además de la canción, significa eso, la suma de todas las influencias, personas y amistades que nos han hecho lo que somos”. De esa suma de influencias y de su personalidad propia, ahora menos rígida que en “Echoes” y radicalmente alejada de lo expuesto en su mini-álbum “Mirror”, pero igualmente identificable, surgen diez canciones que nos descubren posibilidades que no se intuían en aquel trabajo. “Creo que antes de este disco nuestro sonido estaba muy marcado no por una persona, pero sí por una línea determinada y por quien escribía cada una de las canciones. Era importante mantener un sonido global, mientras que ahora preferimos contribuir todos y d

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