Los cuatro trabajos del quinteto de Boston están ambientados en el Estados Unidos post-Segunda Guerra Mundial. “Las normas de la cultura predominante de entonces procuraron hacer creer que el Mal ya había sido derrotado, que en casa estaríamos realmente bien. Por supuesto, nada era verdad”. Los tiempos han cambiado. O no tanto. “La religión sigue provocando discordia. El racismo continúa presente. La industria armamentística sigue muy viva. Los personajes de nuestra historia afrontan todos estos temas”.
Aunque algunos seguidores de la banda se empeñan en ver cierta filiación cristiana en sus letras, la banda se desmarca sin ningún tipo de titubeo. “Algunos hemos crecido en ambientes religiosos, pero a día de hoy ninguno es religioso. En este cuarto trabajo no hay un mensaje claro sobre la religión. Simplemente estamos explicando una historia y provocando que la gente se haga preguntas”. Defeater, con una propuesta entre del emo noventas y la primera hornada screamo, ha recalado felizmente en el sello Epitaph tras finalizar su contrato con Bridge Nine. “Epitaph es un sello en el que siempre habíamos querido acabar. Brett (Gurewittz) ha sacado todo tipo de discos. Desde de Converge y Every Time I Die a The Weakerthans, por no hablar de la discografía de Descendents, Rancid y Lawrence Arms. Estas bandas nos cambiaron la vida”. Si todo va bien, también sacarán su quinto largo con el sello del Bad Religion. “Tuvieron mucha paciencia con la operación de Derek y donaron dinero, y no sé si otros sellos se habrían portado tan bien con nosotros”. ¿A por la pentalogía? Ellos no tienen ninguna duda. “Todos los trabajos de Deafeater girarán alrededor del mismo grupo de personajes. Ya tenemos algunas ideas, pero no las podemos compartir todavía”.
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