Mucho antes de que cada hijo de vecino tuviera uno o varios podcast en propiedad y la Internet se colmase de gente entrevistando a gente, ya teníamos el gusto de escuchar a ciertos radioaficionados pioneros y duchos en lo que al arte de hablar solo en casa se refiere. No había servicios de streaming, ni plataformas patrocinadoras, ni mecenazgos y mucho menos marcas que confiaran financieramente en la difusión casera de chorradas. Te descargabas el audio en mp3 desde un servidor y ya te las apañabas tú para escucharlo dónde y cómo buenamente procediera. Los métodos han cambiado, pero los tiempos siguen siendo bizarros.
José Luis Viruete lleva cerca de veinte años demostrándonoslo, ya bien sea a través de su homónimo website con artículos, crónicas y monografías que conforman una biblioteca de Alejandría de la cultura pop de lo más especial, o en su defecto, mediante el Virupodcast. Un proyecto río que nació con la intención de completar y expandir los contenidos escritos de la página y que actualmente continúa manteniendo vivas las ideas de su propuesta original, adaptándose a los hábitos de consumo digital dominantes.
Aunque tristemente comprobemos que su web parece estar algo estancada desde hace más de un año, ello no es óbice para que hayamos dejado de ver en activo a su responsable. Y es que además de formar parte del súper-grupo de podcasters que constituyen Campamento Krypton, Viruete también actualiza oportunamente su programa personal, dándole voz y continuidad a los mismos nombres, iconos, ídolos, y reliquias pop que podrían perfectamente ser carne de un ¡gran artículo! Con la nostalgia como eje central en su temática y la habilidad para ofrecer un punto de vista humorístico único en su técnica, ya bien sea en solitario o acompañado, este autor y voz experta en la decadencia cultural más ponzoñosa y olvidada nos hará reconectar con los elementos de ese imaginario mediático que salpicó nuestra niñez y adolescencia, recurriendo a una infalible miscelánea de vergonzante pero merecida reivindicación.
Tras su ya icónica cabecera, protagonizada por los agónicos y desquiciados cacareos de un gallo bakala, Viru nos ofrece en cada entrega su sapiencia en materia de clásicos de videoclub, VHS perdidos, secundarios televisivos que nos traumatizaron, alimentación kitsch, fenómenos sociales, tebeos para flipados, canciones del verano, discos y casetes pesadillescos, o su ya tradicional e indispensable radiografía anual al catálogo de juguetes cada víspera de Reyes. En efecto, un cajón 'desastre' sin control ni filtro en el que todo lo que seduzca y subyugue a su locutor jefe es susceptible de terminar formando parte del Viruverso, y por ende, del de sus oyentes.
Con los años y la forma en la que la red de redes ha logrado tender puentes entre usuarios e interlocutores, ya no resulta tan inusual encontrar ciertas retrospectivas extraviadas o un material en español medianamente decente sobre determinadas temáticas minoritarias (algo que a principios de siglo y con Internet todavía en pañales era evidentemente impensable). Sin embargo, pocas voces prescriptoras de la caspa y lo bizarro alcanzan una memorabilidad e inmortalidad similar a la del aludido. Si bien no goza de una periocidad ni definida ni frecuente, el podcast de Viruete.com dispone de un generoso archivo con material publicado a lo largo de casi dos décadas que nos descubrirá la cara más divertida de aquellos residuos generacionales que nos fascinaban cuando nuestro criterio aún estaba virgen y sin desprecintar. Porque lo puto peor también merece la pena ser escuchado.
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