Todo es empezar
PodcastsCris Regatero

Todo es empezar

Luis M. Maínez — 19-12-2022
Empresa — SER Podcast

Para los amantes de la música, el nombre de Cris Regatero es una referencia. Su trabajo como locutora y presentadora en Los40 es solo la punta del iceberg de un amor por la música que va mucho más allá de la línea editorial del medio para el que trabaja. Como periodista musical, pero también atendiendo a otras facetas de la industria. Antes de entrar en faena, su sección del 3x2, donde recomienda, dentro del marco que le proporciona Los40, recomendaciones semanales de todo tipo, donde incluye a artistas emergentes sin importar sus números, es una de las iniciativas que más me han gustado este último año. Ahora, por si fuera poco, acaba de lanzar "Todo Es Empezar", un podcast, ya con la Cadena SER de por medio, dónde por primera vez sale fuera del territorio música para entrar a fondo en el terreno conversacional. Con músicos, sí, pero fuera del comentario musical per se.

En los primeros cuatro programas de este podcast que une a dos personalidades de generaciones diferentes para conversar de sus vidas y obras, siempre hay espacio para sorpresas y novedades. El tono es amable y relajado y, el contenido, realmente interesante. La Xinni y Paula Cendejas, Angy Fernández y Nicole Wallace o Ariadna de Los Punsetes y Marcos de Depresión Sonora, ya han pasado por el espacio que dirige Cris Regatero. El marco del programa que, teóricamente, es el debate intergeneracional, y una cierta atención a la salud mental y a los problemas derivados de la juventud podría haberse convertido en uno más de los podcast que intentan atraer a la Generación Z y posteriores (ya no sé que nombres les van a poner), hechos por gente mayor y que difícilmente consiguen su objetivo. "Todo Es Empezar", brillante y afortunadamente, termina siendo uno de los espacios de conversación más equilibrados, distendidos y generosos con el oyente que he escuchado en los últimos tiempos.

Además, condensa dos virtudes raras en el universo podcast. Es breve y conciso, con episodios de menos de media hora, no por ello es superficial y pueril, sino que te deja con ganas de más. De ahí el buen ejercicio de concisión. Triunfa también cuando propone a los invitados jugar a adivinar la verdad entre las dos mentiras que los invitados traen preparadas. De todos los supuestos juegos que suelen aparecer en los programas de este estilo, es de los pocos que aporta diversión real, y, al mismo tiempo, información sobre los invitados. Bien.

Así que corran a su plataforma de podcast favorita para decir que escuchaban a Cris Regatero antes de que lo haga todo el mundo, y para descubrir que se pueden hacer programas de calidad para público inteligente y que no hace falta rebajar el nivel para llegar a nadie. Si hay calidad, todo termina llegando.

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