La Pija y la Quinqui

Tras dos temporadas y 71 episodios “La Pija y la Quinqui” se han coronado como uno de los podcasts más escuchados y seguidos por la generación Z, por no decir el que más. Un logro que es totalmente merecido y del que tiene la culpa el esfuerzo y el talento que atesoran sus dos conductores y, tal y cómo ellos también dicen, un poco de suerte, aunque esto es algo que, sin tener las dos anteriores cualidades, no valdría para nada.

Carlos Peguer y Mariang son dos jóvenes que decidieron empezar a grabar sus conversaciones llenas de anécdotas y preocupaciones y publicarlas a modo de podcast (cuando todavía no estaba en su auge, no como ahora que dos de cada tres personas poseen uno). Pero la frescura y el ingenio de ambos es lo que ha hecho que funcione tan bien este programa, su sencillez, su humor, su mamarracheo, sus anécdotas sus problemas… todo eso hace que cualquier persona se pueda sentir conectados con ellos y que, a la vez, se conviertan en alguien más de tu día a día.

Hablan de aquello que más nos importa: de amor, de cuernos, de empleo, de pluriempleo, de enfermedades de transmisión sexual, de música, de ropa, de peleas, de celebraciones… cualquier cosa que podríamos hablar tú y yo cualquier día, haciéndonos ver que no solo nosotros tenemos esos problemas y preocupaciones. Aunque no nos sintamos representados con todo lo que explican e incluso, en algunas ocasiones, haya temas que se repiten, tienen una forma tan real de decir las cosas, que hacen que te quieras quedar oyendo como acaba el programa.

De hecho, gracias a su humildad y su humor consiguieron cerrar su primera temporada con dos grandes invitadas – las primeras de todo el podcast – Rosalía y Pili, su hermana. En ese momento fue cuando su viralidad creció exponencialmente y todos les pudimos descubrir, haciendo que Spotify decidiera apostar por ellos, haciéndose cargo de la producción de la segunda temporada que cuenta con plató y grabación incluida.

A partir de aquí empiezan a contar con grandes invitados, principalmente artistas, con los que hablan de temas como la culpabilidad, las borracheras, la toxicidad, la vergüenza, las redes sociales e incluso de Murcia. Es genial poder escuchar a gente como Diego (Veintiuno) hablar sobre las relaciones de poder dentro de la industria de la música, a Belén Aguilera comentando la importancia de hacerse exploraciones mamarias, oír a Diego (Carolina Durante) explicar cómo jugaba al LOL o a Natalia Lacunza como gestiona los enfados y qué opina de la venganza. Un espacio que saca de las tradicionales entrevistas a los artistas y los sitúa en un lado más humano, rompiendo la barrera entre cantante y persona.

Pero no podemos dejar esta reseña sin mencionar el episodio final de esta segunda temporada en el que han conseguido invitar al mismismo Pedro Sánchez. A pesar de las claras alusiones políticas, lo cierto es que es muy curioso ver como dos generaciones logran encontrar puntos de encuentro y principalmente lo hacen con la música. Es un episodio al que se le podrían dedicar párrafos y párrafos, pero que se resume en que la rapidez y brillantez humorística de la cartagenera combinada junto al toque ácido y swiftie del extremeño hacen que todo un presidente del Gobierno caiga rendidos a sus pies. Y probablemente será difícil de superar este final de temporada, pero de momento ya tienen una invitada confirmada para la siguiente, nada menos que Caroline Polacheck.

Solo me queda darles las gracias por demostrar que los jóvenes tenemos mucho que decir y por hacer. Espero que esto no sea más que los primeros pasos de un programa que parece no tener techo.