Un mundo en cada canción
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Un mundo en cada canción

7 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 16-11-2023
Empresa — Contra

Este no es un libro sobre las canciones favoritas de Jeff Tweedy. Tampoco sobre las que más le influyeron como músico. Es más bien un libro en el que el líder de Wilco escoge cincuenta composiciones que le sirven como excusa para hablarnos de su vida, que también podría ser la de cualquiera de nosotros. Así de sencillo. Él dice que es el volumen que tenía que haber escrito en primer lugar, antes del autobiográfico "Vámonos (para poder volver)" (2019) y el más técnico "Cómo componer una canción" (2021), con los que formaría una especie de tríptico. Quizá porque aquí el ejercicio de introspección es más arduo, puede que también porque el leit motiv que ahora le inspira es el fin mismo del acto de componer y tocar en vivo: la empatía. La que le inspiró – lo cuenta – una canción como “You Are Not Alone”, junto a Mavis Staples.

El caso es que retoma su registro narrativo con un desigual ejercicio memorístico que destila emoción en su forma de deslindar el poder de la música como algo que da sentido a nuestra existencia, que nos sitúa en un contexto común en relación a los demás y puede contribuir a hacernos mejores personas, aunque no siempre lo haga: hay grandísimos hijos de mala madre dotados de discografías excelsas. Tampoco aquí todos los pasajes de su sencilla y honesta prosa están igual de bien enhebrados.

Yo me quedo con cinco: los que le dedica – por aquello de que el odio también nos alimenta, y le honra reconocerlo – a dos que detesta tan profundamente como “I Will Always Love I Will Always Love You” (Dolly Parton) y “Wanted Dead or Alive” (Bon Jovi), el que se sirve de “Bizcochito” (Rosalía) para explicar cómo la música pop genera una conexión que trasciende idiomas, el que recuerda “Will You Love Me Tomorrow”(Carole King y Gerry Goffin) para confesar ese miedo que todo artista alberga sobre la perdurabilidad de su aceptación popular y, sobre todo – mi favorito – , el precioso epígrafe en el que rescata la memorable “Anchorage” (Michelle Shocked) para recordar a una amiga de la infancia con la que perdió el contacto hasta que se volvió a encontrar con ella tras un concierto de Wilco.

 

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