No todo el mundo
Libros /

No todo el mundo

9 / 10
Quim Pérez — 05-07-2024
Empresa — Sexto Piso
Fotografía — Archivo

Son poquísimos los escritores de los libros de cuentos en la narrativa española que se enfrentan a su nuevo título con la ambición de que el conjunto de relatos tengan un hilo conductor. Marta Jiménez Serrano (Madrid, 1990) sí lo ha hecho y se ha centrado en las relaciones de pareja y en cómo el amor nos mueve a emparejarnos. El escenario de todos ellos es la gran ciudad, así que su estudio es más concreto que general. Jiménez Serrano se ha centrado principalmente en el Madrid actual, en relaciones heterosexuales y en parejas sin hijos.

Son catorce relatos de diferente extensión en los que la autora ha pretendido narrar las composiciones y descomposiciones de las relaciones de pareja. Tienen todos ellos mucho de sociológico, en el sentido en que el lector al leerlos tiene la sensación de estar mirando a su alrededor ya que se citan constantemente situaciones, objetos y lugares de nuestro presente. Así logra satisfacer una de las funciones de la literatura que es ayudarnos a entender el mundo en el que vivimos. Pero también tienen mucho de literario. Especialmente, por la gran capacidad de la escritora de reflejar el habla contemporánea. La prosa de Marta Jiménez es ágil, la estructura de sus relatos es adictiva, ya que juega con ella para crear en el lector una intriga y marcarle un ritmo que impida que abandone su lectura. Narradores que se anticipan a lo que va a suceder, cambios constantes de voz narrativa, o confrontar lo que piensa en personaje con lo que opina sobre ello su psicóloga, son algunos de los recursos de la autora para lograrlo.

“Tiene sentido replantear la pareja y pensar qué es lo que nos une si ya no son ni los hijos ni el patrimonio”, dice Marta Jiménez en una entrevista en la revista Vogue y lo demuestra en diversos relatos. En “Colega” el vínculo en la pareja es una mascota; un gato. En “El rastro” la relación de pareja viene marcada por la relación de ella con la hija de él de un matrimonio anterior. En “Qué bien que existe Leonor” se fija en la volubilidad de los sentimientos que no logran ni dar carpetazo a las rupturas, ni afianzar las nuevas relaciones, por lo que las relaciones de pareja transcurren mucho tiempo en esta franja intermedia. “Las últimas generaciones han tenido que aprender a lidiar con la incertidumbre. Uno de los males de hoy es que todo es líquido, nada se puede dar por sentado, no hay certezas.” declara Marta Jiménez y el concepto de modernidad líquida del sociólogo Zygmunt Bauman le añade base teórica a sus palabras.

En “La Virgen de la Macarena” el amor no salta por encima de obstáculos de clase social o, dicho de otro modo, que el dinero marca nuestras costumbres y una pareja es un conjunto de costumbres compartidas por dos. En “Pupila” pasa otro tanto entre una joven alumna de cinematografía y su profesor de mucha más edad. En ambos casos, una patada en el estómago, por si quedaba alguna duda, al amor romántico que todo lo puede y todo lo vence.

En “Hallelujah” una mujer que acabada de parir cría a su bebé con la lengua fuera, mientras su marido vive en una realidad paralela y no comparte en absoluto la crianza. En “horny asian teen” un adolescente no logra romper con la presión del grupo y confesar que está enamorado de una compañera de curso de origen asiático.

Marta Jiménez da respuesta en la entrevista a sobre qué esperamos hoy día del amor: “Esperamos demasiado. Queremos la pasión, la compañía, la tranquilidad, la estabilidad, la aventura, la diversión sexual, la confianza pero también el nervio. Para responder a esta pregunta te diría que es lo que he intentado desentrañar en el libro. Y el libro nunca es una respuesta, sino el desarrollo de una pregunta”. Más claro, el agua, pero más complicado, las relaciones de pareja.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.