Milena Q. Asesina de hombres violentos

“En el mundo (…) a menudo la mujer tiene que ser mártir o esclava, el hombre es el dueño y nadie viene a salvarte. (…) Entre asesina o víctima, yo elijo matar: esa es mi rebelión”. Asesina en serie, viuda negra italiana, homicida vengadora, dark lady. El de Milena Quaglini fue un caso bastante sonado a finales de los noventa e inicios de los dos mil. Con su baja estatura, poca fuerza y aparente carácter sereno, pocos se hubieran imaginado que ella sola fuese capaz de matar no a uno, sino a varios hombres. Todos tuvieron en común que abusaron o intentaron abusar de ella. Después de toda una vida de maltrato, decidió que no aguantaría ni una más.

Para escribir este tomo y explicar el caso, la autora Elisa Giobbi no solo se documentó extensamente, sino que también entrevistó a Licia Sardo, abogada de Milena, quien le cedió numerosos documentos oficiales sobre su juicio. Un proceso muy necesario, porque, ¿cómo volver a contar una historia que ya ha sido contada? ¿Cómo cambiar o matizar el imaginario que se tiene sobre alguien, sobre una criminal? ¿Es tan siquiera la intención que pretendía Giobbi? ¿Debería serlo? No hay que olvidar que se trata de una obra de ficción, que “no posee ningún valor documental”, advierte la propia escritora. Sí, se explican los crímenes que cometió la Milena real. También se reproducen algunos de los documentos originales con exactitud y en los que el lector observa cómo evolucionó su proceso judicial. No, no es morboso, ni gore, ni justifica el asesinato de nadie, ni muestra a la protagonista como una mujer fría, calculadora o sangrienta. Tiene más bien poco de novela negra. De lo que se trata es de una explicación en primera persona de cómo una infancia abusiva y las relaciones de maltrato tanto físico como psicológico te llevan a desarrollar trastornos mentales graves, hasta el punto de llegar a matar para protegerte a ti misma. Leer este libro es entrar en la psique de una persona cuyas experiencias traumáticas la llevan a cometer actos extremos de autodefensa. O dicho de otra forma, demuestra hasta qué punto la violencia machista y de género condicionan tu vida y tu persona.

Es duro de digerir porque es la realidad. No trata de cuestionar quién merecía o no morir, quién merecía o no ser encarcelado. Como con infinitas otras historias, refleja un sistema fallido, que en vez de prevenir, acaba condenando. Contarla es, en palabras de Giobbi, “sacar a la luz una verdad incómoda”. Lo que consigue la autora, complementando su narración con los archivos reales, es mostrar cómo Milena Quaglini fue, ante todo, víctima de sus circunstancias y victimaria con sus decisiones. Rompe con el sensacionalismo mediático y social que rodeó su persona. La presenta con toda su humanidad, y por lo tanto, con toda su insumisión. Tal vez lo único que jamás consiguieron arrebatarle.