Que un periodista con las luces de David Stubbs sentencie que la muerte de Mark Fisher “deja un enorme cráter intelectual en la vida moderna” habla a las claras de la magnitud y necesidad de rescatar sus escritos, perdidos entre links olvidados de la red y demás zonas menos recónditas donde toparse con sus múltiples reflexiones sobre política, música, películas, televisión y literatura. Precisamente, sobre estas tres últimas vertientes es por donde se ha decidido comenzar el rescate y edición en papel de la mente tras el inigualable blog K-Punk. Punto de partida que, en realidad, viene a ser una continuación de “Los fantasmas de mi vida”, publicado el año pasado también por Caja Negra, y donde Mark ponía mayor énfasis en la vía musical, a través de reflexiones sin desperdicio sobre Burial, Tricky, The Jam, aunque también sobre series de culto como “Zafiro y acero” o Christopher Nolan. Agudizando estos últimos frentes, volvemos a disponer de un tobogán hasta el mismo centro de la mente de Mark. Un viaje cuya densidad es igualmente proporcional a la evasión total de relleno o las típicas coartadas intelectuales tan en boga desde el intelectualismo posmodernista y ultranormal.
En realidad, Mark es un intelectual de tomo y lomo, cuyos argumentos siempre entroncan con vértices ocultos de la materia abordada. Vértigo contra el pensamiento horizontal, sobre el cual es capaz de encontrar el eco político en una película de Stanley Kubrick o los paralelismos entre el genio de la televisión Dennis Potter y Kierkegaard. En todo momento, Mark se lanza sin salvavidas a argumentaciones sin límite de pensamiento. Gonzo salvaje a mayor gloria del lector sediento de claraboyas a través de las que poder agitar y trastocar consensos aquilatados bajo tantas y tantas capas de borreguismo cerril. En definitiva, el primer volumen de una colección armada en torno al objetivo de fraguar una corriente de pensamiento tan necesaria en estos días como el “fisherismo”.
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