Maldeniña

Con un duende en la barriga que le entorpece los movimientos y un repertorio interminable de personajes peculiares a su alrededor, Isa espera paciente el momento en que indudablemente será digna de la atención y el amor de su padre. Su pueblo no es más que un lugar de paso para camioneros y trotamundos que duermen en el destartalado hotel y hunden sus penas en vasos de alcohol barato en la cantina adyacente. En esta devastadora novela, Lorena Salazar logra crear un universo paralelo donde no parece haber espacio para la felicidad y nos presenta a Isa como al axioma de toda esta tristeza.

La niña ha crecido junto a un padre que no se deja llamar “papá”, una tía que lucha contra su soledad intentando adoptarla, un cantinero que la recibe, a su corta edad, como una clienta más de su antro, una cocinera que solo prepara comida insípida, una mujer loca que cuenta casas y le diagnostica maldeniña, un vigilante que saquea los pasillos del hotel, y camioneros que le meten la mano debajo de la camiseta en el baño de la cantina. Aunque el pueblo parece flotar en la nada y ser más bien un sueño cruel de alguna alma desolada, los personajes están dotados de una entidad y credibilidad asombrosa, teniendo en cuenta especialmente la brevedad del libro y de sus apariciones en tanto que caracteres accesorios al núcleo que representa Isa.

Si algo se le puede criticar al relato de Salazar es la lentitud y la monotonía, que, aunque son inherentes a una vida solitaria y dedicada a la espera, también merecen alguna interrupción para conceder un respiro y un poco de esperanza tanto al lector como a la misma Isa. La pequeña, desde su inocencia y desconocimiento del mundo, nunca pierde del todo la creencia de que una vida mejor está a la vuelta de la esquina. Pero el lector no se deja engañar por tal esperanza infantil y cala al padre de Isa desde el principio, habiendo estado en contacto con personas hechas de la misma pasta.

Una lección sobre los padres que no deberían tener hijos, "Maldeniña" nos muestra el trauma que genera en una niña el hecho de ser forzada a ser invisible, de ser obligada a crecer demasiado pronto y valorada como mano de obra gratuita desde su infancia, y de no tener una figura paterna o materna en quién recaer cuando es violada. Y es que nadie debería vivir como un secreto.