Que “Rumours” de Fleetwood Mac es uno de los discos que conforman la aristocracia del pop eterno es algo que no se puede disociar de su tormentosa grabación, de la cual formó parte Ken Caillat como coproductor, quien con la ayuda del periodista Steven Stiefel, desempolva el baúl de los recuerdos para documentar el que, según Joe Selvin de San Francisco Chronicle, es el mejor libro sobre grabaciones musicales que se ha escrito nunca. Desde luego, no anda muy lejos de la realidad con tamaña aseveración, más cuando se trata de la que, sin duda, es una de las temporadas más agitadas que se recuerdan de un grupo musical.
Como bien dice la contraportada de este maravilloso ensayo, tres parejas se separaron y tres se engañaron durante la creación del disco estrella de Fleetwood Mac. En medio de semejante volcán de claroscuros emocionales, brotó la fuente de inspiración más rica y provechosa que nos ha brindado el soft-rock en toda su historia.
Catedrales del pop como “Dreams” son diseccionadas con una inaudita precisión de memoria. Y aquí es donde “Making Rumours” atrapa incondicionalmente, seas fan o no: por adentrarnos hasta detrás de la mesa de sonido, al lado de Caillat, en los estudios Record Plant, de Los Ángeles, donde se grabaron un lote de canciones majestuosas talladas a golpe de excesos. No en vano, el alcohol y las drogas forman parte de las subidas y los bajones intensamente captados en el cuarto de unas musas invocadas por cinco seres en el punto más depresivo y eufórico, al mismo tiempo, de sus vidas. Las mismas que aquí son radiografiadas desde el melodrama a lo Douglas Sirk que vivieron en aquella época.
Si bien el conmovedor cuadro vital desprende emotividad por los cuatros costados, cuando entramos en la parte técnica dedicada al libro es cuando la magia impone sus reglas. No hay ni una sola grabación aquí descrita que no emerja desde un plano creativo casi heroico. Así lo es con ejemplos para enmarcar como “You Make Loving Fun”, cuya grabación es plasmada con la seguridad de quien se sabe un privilegiado por haber formado parte de una criatura discográfica que, casi medio siglo después, sigue siendo un pilar de la memoria colectiva pop gracias a ensayos tan sustanciosos como éste.
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