Escribo estas líneas con el último trabajo en solitario de Laura Jane Grace de fondo. Se titula “Hole In My Head” (Polyvinyl, 24) e incluye cortes como “Dysphoria Hoodie”. La sudadera de la disforia, una curiosa manera de describir su angustia por la falta de correspondencia entre su sexo biológico y su identidad de género. Pero lo mejor para ponerse en su piel es leer este libro –editado en castellano por Altamarea en 2021 y ahora en catalán por Males Herbes– escrito mano a mano entre la propia Laura Jane Grace y el periodista musical Dan Ozzi.
Publicado originalmente en inglés en 2016 y traducido ahora por primera vez al catalán por la editorial Males Herbes, esta estupenda biografía arranca con nuestra protagonista, nacida Tom Gabel, viendo en la caja tonta un videoclip de Madonna. Tenía cinco años y quería ser como aquella “Material Girl”, pero ese anhelo duró poco. Comprendió que “nunca podría ser ella”, que él solo era un chaval que vivía en una base militar en Texas.
A partir de este primer recuerdo acompañamos a Laura Jane Grace, que es quien siempre quiso ser, en su tortuoso periplo vital, marcado en su juventud por la vergüenza y el sufrimiento, también por el consumo de drogas para acallar lo que entonces consideraba demonios internos. En lo estrictamente musical, descubrimos el impacto que tuvo en la protagonista la publicación del “Dookie” de Green Day, su puerta de entrada a la contracultura punk y bandas como los británicos Crass, sus anarquistas favoritos. También relata cómo vivió la ira de los talibanes del punk cuando su banda, Against Me!, ficha por sellos independientes como No Idea y Fat Wreck y la interesante intrahistoria de su primer disco para una multinacional, “New Wave”, en 2007, un episodio crucial en la trayectoria de la banda de Gainsville (ahora en un hiato indefinido) en el que profundiza otro libro imprescindible de Ozzi, “Vendido”.
El nombre Against Me! era un grito desesperado de auto-odio que solo alcanzamos a entender en su plenitud en 2012 cuando explicó en una entrevista para Rolling Stone que había decidido iniciar la transición de género. Leyendo este libro, que reúne fragmentos del diario personal de aquel joven llamado Tom Gabel, descubrimos que algunas letras de sus primeros discos era auténticas confesiones, que algunas metáforas escondían problemas de identidad que nadie se tomó en serio. Un ejemplo clarísimo es “The Ocean”, en el que cantaba que si hubiera podido elegir, habría nacido mujer, y que una vez su madre le dijo que la habría llamado Laura si hubiera sido niño. Cuando la canción se publicó en 2007, nadie podía imaginar que años después sería una persona transgénero y se convertiría en una destacada activista que lucha por los derechos LGTBI+.
Así, no me cansaré de recomendar la lectura de “Trans. Confessions d’una punk anarquista i venuda”, ahora en catalán, una biografía durísima y radicalmente sincera, un capítulo de la historia del punk rock fascinante.
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