La Soldada
Libros / Paulina Tuchschneider

La Soldada

6 / 10
Martina Agustí — 25-07-2024
Empresa — Periférica

Israel. 2006. Una chica de dieciocho años y el servicio militar obligatorio. Tantas posibilidades, y tan poco aprovechadas. En pleno genocidio palestino resulta complicado leer un texto como éste y dejar de lado cualquier tipo de parcialidad; observarlo desde una distancia preventiva y tratarlo como nada más que palabras sobre papel. Aunque quizás éste tampoco sea el objetivo. La cuestión es que parece un desperdicio escribir cien páginas dedicadas íntegramente a la experiencia de una soldada en el Ejército de Israel y que el regusto antibelicista sea tan leve y fácilmente obviable.

Habitaciones llenas de mugre, salsa de tomate incrustada a las enormes paredes de las ollas, deshechos humanos inhabilitando los lavabos y descripciones gráficas de auto-mutilaciones imaginadas llenan las páginas del libro de forma que casi no cabe nada más. La centralidad y constancia de tales detalles resultan desagradables desde un inicio y obligan a una a seguir leyendo en busca de un motivo, una justificación, un significado que nunca llega. Y no me malinterpreten, inyectar tal potencial de rechazo en las palabras es un hito remarcable por parte de la autora, pero cuando los hedores se convierten en la principal preocupación de la protagonista, la crítica antimilitarista, que se destila tan suave y difuminada, termina por limitarse a una cuestión higiénica.

Cabe destacar una vividez extraordinaria en las descripciones y un ritmo ágil y ameno que transportan al lector a una base militar israelí y le entregan un arma que le roza las caderas, lo cual, junto con una incisiva reflexión sobre el paso del tiempo, consigue contrarrestar la falta de contenido y la superficialidad de la historia. Aunque Tuchschneider sin duda domina el uso de la narrativa y las herramientas lingüísticas, su relato se queda corto. Nada más lejos de mi intención que invalidar o deslegitimizar una experiencia traumática como la que relata este libro, pero su plasmación a un formato literario deja a una con poco más que la sensación de que queda mucho por decir.

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