La península de las casas vacías
LibrosDavid Uclés

La península de las casas vacías

9 / 10
Roberto Berzosa — 16-03-2025
Empresa — Siruela

Si hay una persona del mundo de las letras al que le ha cambiado la vida este pasado año, ese es, sin duda, David Uclés. Treintañero de un pueblo de Jaén con dos novelas anteriores en su haber, pero que ha sido con la publicación de “La península de las casas vacías” con la que su nombre ha comenzado a escucharse por toda esa península y las críticas, festivales, premios y ediciones no han dejado de sucederse. En menos de un año, esta novela, que narra la guerra civil española en clave de realismo mágico, ha pasado por la imprenta en doce ediciones y ha sido calificada como “mejor libro del año” en la mayoría de suplementos literarios.

Pero, ¿otra novela sobre la guerra civil? Sí y no. La península de las casas vacías narra la vida pormenorizada de una extensa familia de agricultores del pueblo jienense de Jándula —trasunto en la vida real de Quesada—. Familia a la que, como a todos, la guerra cae encima y acaba separando, de todas las maneras posibles, llevando a cada miembro a un lugar distinto del país y a un lado y otro de los bandos ideológicos. Odisto, el padre de familia, recorrerá las páginas de la novela intentando recuperar a su familia.

Si hay algo por lo que destaca, que la hace distinta de todas las novelas sobre la guerra y que la aleja de los tópicos archiconocidos del género es su estilo: el realismo mágico. Cuenta David Uclés que, ante una pintura hiperrealista que mostrase todos los horrores de la guerra o una pintura alegórica que no te los enseñase, pero te dejase sentir esa herida en tus carnes, se decantaría por la segunda opción. Y eso es lo que ha hecho con su novela. En "La península de las casas vacías" la lluvia cae hacia arriba, el narrador —un narrador graciosísimo, juguetón y parte importante de los aciertos de la novela— concede favores a sus personajes si le pilla con buen ánimo, los muertos se convierten en estatuas y, entre muchos más hallazgos mágicos, hay ciudadanos encargados de proteger de las bombas aquellos libros señalados de la biblioteca del futuro. Libros, como los de Almudena Grandes, Ian Gibson o Carmen Laforet, que, no sabiéndolo en esa fecha todavía, hablarán de lo que les está sucediendo y que marcará sus vidas.

Como si el autor quisiera jugar a despistar, solo hay un capítulo de la historia en el que se prescinde por completo del uso del realismo mágico: durante la batalla del Ebro. Contaba Uclés que las barbaridades y los hechos inhumanos a los que puede llegar a una persona en una guerra, en ocasiones son suficientemente fantasiosos, duros y fuera de toda lógica que ni siquiera hace falta echarle imaginación ni poetizar con ello. En ocasiones, por desgracia, la crueldad humana ofrece imágenes más surrealistas que los propios sueños.

Un canto antibelicista, sangriento, onírico, realista y, pese a lo que pudiera parecer, muy, muy gracioso y lleno de ocurrencias a cada cual más brillante. Como suele ocurrir, la vida de una familia dividida se acaba transformando en la vida de nuestra familia, en el reflejo de cientos de miles de historias que hemos escuchado sobre la guerra, la guerra entre dos hermanos es la guerra de todos. David Uclés da una patada al polvo de la historia y reivindica la memoria histórica para que hechos como este no tengan que volver a repetirse. Libro llamado a ser un clásico de la literatura en castellano, de setecientas páginas originales, inspiradas y vivas, que narran una grieta, una herida, sobre una península que en un futuro estará llena de casas que, vacías o no, contarán con un ejemplar de “La península…” entre sus paredes.

 

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