Pocas lecturas más alucinógenas que ésta habrá hoy en día. Y es que lo que tenemos aquí es ni más ni menos que el manifiesto activo-cultural de la tristemente fallecida Genesis P. Orridge, gurú de Psychic TV, extensión musical de lo que, a principios de los años ochenta, fue el nacimiento de El Templo de la Juventud Psíquica: sociedad “occultural”, que como bien queda definido en este neologismo, de los tantos que pueblan esta lectura, se trata de “cultura oculta” o, como bien define su miembro Eden 162, una expresión anti-arte, llevada a cabo únicamente desde la consciencia del emisor, nunca pensando en el receptor.
En base a esta regla inamovible, bajo las siglas de TOPY, a lo largo de las décadas, Genesis lideró un movimiento en las sombras, aquí descrito por medio de una delirante colección de escritos, donde destaca la artillería propagandística necesaria para extender sus redes, centradas en el empleo de la Magia del Caos como fuerza motriz de sus ambiciones en pos de una rebelión subterránea, aquí descrita a través de más de quinientas páginas trufadas de ensayos filosóficos, textos sobre sus rituales sexuales y musicales, y toda clase de incitación a la acción mental y social, como la redacción de los derechos transgénero.
En todo lo aquí recogido, el conductor central es el propio Genesis, poseedor de un estilo condicionado por las técnicas de escritura burroughsiana. Se trata de una lectura chamánica, turbulenta, pero inquietantemente pre-clara y con un temple narrativo digno de un autor más curtido en los terrenos literarios que musicales.
No hay tregua en tan decidida demostración en este artilugio de fuerza atronadora, atiborrado de un caudal imponente de teorías extremas y, en conjunto, una reinterpretación del mundo a través de las energías liberadas a través de la magia invocada desde la liberación onírico-mental. Toda una experiencia que se puede leer como un memorable trip sci-fi, un relato de aventureros de la evasión activa o un manual de rebelión contra los cánones establecidos de pensamiento asentados desde las corrientes masivas. En cualquiera de los casos, estamos ante una lectura absorbente, cuestionadora y decididamente peligrosa.
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