Para bien o para mal, escribe Jorge Carrion en su manifiesto “Contra Amazon”, “todavía no somos capaces de recordar con la misma precisión lo que leímos en papel y lo que leímos en e-book”. Hete aquí la clave para la importancia de este libro, “Contra Amazon”, que surge del inesperado éxito internacional del manifiesto, publicado originalmente en Jot Down Magazine (en abril de 2017) y que sirve para resignificar toda una serie de textos sobre librerías y libros y lectores que el autor catalán ha venido publicando en los últimos seis años (el texto más longevo, “Ese interrogante que llamamos librería”, apareció publicado en El País Semanal en 2013) y que servirían, de alguna manera, como apéndice, pero también funcionando tal que una suerte de ética lectora, a su seminal “Librerías” (Anagrama, 13), recientemente publicada en catalán -en una edición ampliada- por la editorial Navona.
Como es lógico, dado que es una de las patas centrales de la obra en conjunto de Jorge Carrión, el viaje tiene una importancia crucial. Y acaso más que el viaje, la idea del movimiento. Así, no le resulta extraño al lector que el autor transite por Seúl, Ginebra, Tokio, Capri, Miami o Londres. Siempre, claro, con una vocación literaria y con una excusa libresca. Buscando pistas; de autores, librerías, libreros. Bibliotecas.
Diecisiete textos (unos menos largos, otros verdaderos ensayos literarios de profundo calado) que sirven, como el propio autor escribe, para entender que “la realidad no existe si no la precede el lenguaje. Y el viaje no tiene sentido si no encuentra sus palabras”. Textos de no ficción (aunque también aparecen bibliotecas imaginadas, en el ensayo “Bibliotecas de ficción”) que, como es habitual en la obra del escritor catalán, despiertan conexiones, complicidades, asociaciones y, finalmente te conducen a espacios inesperados. Los libros, las librerías, las bibliotecas, los libreros, como emblemas, símbolos, pero también como espacios de orden o laberintos, como puertas hacia lo desconocido o lugares de reposo. Así se nos aparecen aquí los espacios para la literatura, como espacios de encuentro y lugares de paz y, en última instancia, refugio para los lectores que aman los libros.
Pero la galaxia de textos que conforman “Contra Amazon” es también un sutil ensayo que se interesa por los límites, del sueño y la imaginación, de la realidad y el deseo, de los espacios físicos y mentales, de los géneros canónicos de la escritura, de los modos en los que se le da, o se le podría dar forma a la experiencia y la manera en la que traducimos hoy el mundo (físico, sensorial). Se entiende y se tiene aquí una idea democrática de la experiencia de la literatura y de los libros, pasional pero no romántica, comunitaria pero no comunal. Se apuesta aquí por una literatura que le sirve al individuo para entender y entender(se) con el mundo, sin mediaciones. Una literatura y una experiencia estética que pasa por la desconexión temporal que permite el libro físico. Topografías literarias, notas a pie de página. Hallazgos. Pero sin nostalgia (y sin cinismo ni ingenuidad).
“Contra Amazon”, siendo una bélica afrenta al gigante de Internet (que no es una librería, sino un hipermercado, nos recuerda Carrión), propone que seamos inteligentes, y fagocitemos la lógica del monstruo de Jeff Bezos para el propio beneficio de la experiencia de las librerías. Así pone en primer plano las ideas de proximidad y lentitud, de la conversación y el contacto. De tiempo expandido, al fin. Ya que nadie nunca podrá competir con una librería que nos provea de experiencias únicas, personalizadas, inolvidables. Y su corolario: lo que justamente nos sucede cuando descubrimos un libro imprevisto, lo compramos o nos lo prestan en la biblioteca, nos lo llevamos a un lugar tranquilo, lo leemos… y el tiempo eterno de la lectura se nos vuelve una experiencia singular. Personal. Incomunicable (o casi).
Sobre esa felicidad maravillosa que es la lectura de un libro físico es sobre lo que versa este libro. Y aquí estamos muy de acuerdo con esta postura ética. De hecho, el propio libro es ejemplo de lo que manifiesta. Yo recordaba (sin recordar ciertamente) haber leído estas crónicas, ensayos y artículos que en él aparecen. Sin embargo, no ha sido sino al leerlas ahora en el papel, subrayando, tomando notas, pensado en total desconexión los textos, que se me han revelado en su completa magnitud.
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