El reputado técnico y productor Mark Howard plasma buena parte de sus experiencias tras la mesa de sonido en este interesante y de sobra atractivo volumen. El autor airea una trayectoria que le ha llevado a grabar y trabajar con no pocos nombres claves dentro de la música popular contemporánea, en una cartera de clientes que incluye a Bob Dylan, R.E.M., Iggy Pop, Neil Young, Lucinda Williams, Red Hot Chili Peppers, U2, el malogrado Vic Chesnutt, Marianne Faithfull o Tom Waits.
A lo largo de más de trescientas páginas aparecen un buen puñado de anécdotas en torno a los artistas en cuestión, sin que la referencia deba entenderse en ningún momento como mero compendio de chismes y cotilleos. Howard proporciona un texto ciertamente adictivo y, desde luego, adornado con manías y curiosidades en torno a aquellas estrellas que le confiaron sus canciones. Pero, al mismo tiempo, se mantiene respetuoso y evita el morbo y ese tipo de traición de quien, dada su posición, se ve manejando información privilegiada. Y es que “¡Grabando!” es, ante todo, su propia historia, la de un canadiense que desde temprana edad abandonó su país y dedicó su vida a los estudios de grabación, ejerciendo (y creciendo) en los diferentes puestos que éste demandaba.
El autor presenta, de este modo, un viaje por aquellos estudios que regentó en diferentes ubicaciones, mientras relata el interrumpido paso de bandas y músicos por sus dominios. Unos recuerdos sonoros que Howard combina con otros más personales –su relación laboral y humana con Daniel Lanois, una paralela afición por las motos o su luna de miel, por ejemplo–, potenciando así la empatía en el lector. El libro ni siquiera viene engalanado con una de esas portadas que incitan a su compra, ni tampoco presume de una estructura especialmente vistosa o maneja un trazo narrativo de profundidad. Pero es en su propio contenido y una naturalidad que resulta agradecida donde se focalizan los elementos valedores de un producto que tampoco escatima en aquellas maniobras y detalles técnicos utilizados para la concepción de los discos en cuestión.
“¡Grabando!” es ese tipo de libro que será devorado por cualquier aficionado a la música, tras conectar con una serie de historias que desvelan esa dimensión previa y compleja en la que se gesta aquello que meses después sonará en el reproductor. Un ejemplar tan recomendable para mitómanos como para otros técnicos de sonido, pasando por músicos o husmeadores en general. Y que, de paso, servirá para valorar en su justa medida todo ese trabajo en la sombra orientado hacia la consecución de un álbum.
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