Oliver Stone es, sin duda, uno de los cineastas norteamericanos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Y lo es porque todos sus filmes son críticas feroces a la sociedad y al gobierno norteamericanos de ese mismo período. Con títulos como “Platoon” (86), “Nacido el cuatro de julio” (89) o “JFK: Caso abierto” (91), Stone ha retratado un país hipócrita y temeroso después del trauma generacional que supuso la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam. En 2020, el propio Stone firmó “En busca de la luz”, unas memorias que relatan su juventud y sus primeros pasos como guionista y director hasta consolidarse con la victoria de “Platoon” en la ceremonia de los Oscar celebrada en marzo de 1987. Ahora, en 2023, se ha distribuido por primera vez en España con su correspondiente traducción.
El libro, que se centra en la primera mitad de la vida de Stone, está claramente dividido en dos partes: un primer segmento muy personal en el que narra la relación con sus padres, sus años combatiendo en la guerra de Vietnam y su camino hasta descubrir su vocación; y una segunda parte en la que relata sus primeros pasos en la industria del cine y anécdotas de sus primeras películas. Si bien la primera parte es clave para entender la psique del cineasta y es la piedra angular sobre la que girará su filmografía (el trauma que le supuso combatir en Vietnam es el motor de su ideología política y de sus películas), cualquier lector que decida empezar este libro lo hará para aprender sobre la industria de Hollywood.
El libro funciona muy bien, pues lo que uno busca cuando lee las memorias de un cineasta es entender cómo funciona la mente detrás de las películas que ha visto, y esto Stone lo hace a la perfección. Se nota que el autor es guionista, pues tiene una narrativa que atrapa al lector y le hace empatizar con el autor, que funciona como un personaje protagonista. Resulta fascinante como, en algunos segmentos, consigue generar tensión en el espectador como si de un thriller se tratase. Estas son las mejores partes del libro, las que narran discusiones con ejecutivos y, especialmente, todo el fragmento que relata el tortuoso rodaje de “Salvador” (86) que mezcla conflictos armados, guerras presupuestarias, actores altivos con espíritu de diva, y un amigo/colaborador alcohólico y problemático.
Dicho esto, es cierto que Stone se gusta un poco demasiado en este texto y cuatrocientas páginas para narrar sus primeros pasos en el mundo del cine resultan algo excesivas. Hay segmentos en los que el detallismo de las secuencias es eficaz, pero la primera parte en la que narra la complicada relación con sus padres y su juventud antes de decidir dedicarse al cine resulta algo tediosa. Es cierto que su participación en la Guerra de Vietnam es capital para entender su filmografía, pero se extiende más de lo necesario sin conseguir insuflarle la tensión y la épica que logra en los fragmentos posteriores en los que habla de cine.
“En busca de la luz” es, pues, un pedazo interesante de la mente de un cineasta que siempre ha dicho lo que piensa a través de sus películas y que tampoco se ha callado nada al escribir la visión que tiene sobre su propia vida, ahora que entra en su etapa final.
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