Elvis

Antes de entrar en materia, simplemente apuntar un hecho por encima de todos: al término de este libro, resulta complicado no pensar en el mismo como la biografía musical más apabullante jamás escrita. Para llegar a tal consideración, basta con una realidad que se impone sobre todas las demás: la lectura de estas casi mil quinientas páginas se leen como esa gran novela americana que todo autor/a de Norteamérica ansía desde la segunda mitad del siglo veinte en adelante. Precisamente, estos dos libros aquí aunados como uno solo emergen como una radiografía devastadora de los entresijos que dan cuerpo al sueño americano. Uno, aquí protagonizado por la figura de culto rock más popular, la de un ser humano que se hizo a sí mismo y se auto destruyó a través de una época final, igualmente, genial en cuanto a logros artísticos.

Tanto para todo el que conozca la historia del “Rey del rock” como de quien sólo le suene su nombre, lo que rezuma tan quilométrico manuscrito es una inmersión a los cielos e infiernos del mismo tan (o más) exhaustiva y brillante como la que hizo Jimmy McDnonough respecto a Neil Young en el imprescindible “Shakey”. Al igual que esta otra biografía (seguramente, la mejor después de la que hoy nos ocupa), el crítico musical Peter Guralnick hace de detective de lo que significa el mundo Elvis, no sólo el del hombre del tupé, sino de todo su entorno en un trabajo que justifica toda una trayectoria y lo encumbra como autor de las páginas más brillantes en torno a Elvis, incluso por encima de lo que, en su momento, dejó plasmado el gran Greil Marcus en las páginas de “Mistery Train”.

Aquí no hay devoción ni ínfulas de vouyeur perniciosa. Para nada. Aquí todo el trabajo realizado se circunscribe a una prosa sobria y elegante a través de un sinfín de pruebas que articulan el relato del ascenso y caída de un misterio hecho hombre, retratado sin la menor intención de subrayar lo grotesco (que es mucho) o de adular sus diferentes episodios tórridos con las musas. No, esto es la verdad y el peso de la misma. Una muy alta, cifrada en torno a una gesta periodísticas de esas que se cuentan a una por década. Así de importante es este libro y así debería ser siempre.