El mundo horizontal
LibrosBruno Remaury

El mundo horizontal

7 / 10
Don Disturbios — 04-03-2025
Empresa — Periférica

No es mi intención restarle méritos a la indudable pericia narrativa del francés Bruno Remaury. Su ensayo  “El mundo horizontal” es de lectura ágil y se digiere con pasmosa rapidez. Un hecho que podría resultar  positivo, pero que acaba jugando en contra, porque el lector se queda con ganas de más y sin haber entendido del todo  la tesis sobre el que se sustenta.

Dice el autor que el mundo horizontal, al que hace referencia el título y por tanto la obra, es ‘un mundo en el que la visión mitológica del espacio ha reemplazado a la visión mística del tiempo’. Es decir, lo que viene a ser un mundo que ha separado el curso del tiempo del curso de las cosas. Y para sustentarlo se sitúa a principios del siglo XX para empezar a establecer relaciones entre diversas figuras y acontecimientos que van del descubrimiento de las pinturas rupestres, pasando por la colonización de América y lo que supuso a la hora de captar a todos los desheredados de la vieja y maltratada Europa. Todo un proceso de expansión horizontal y de ocupación del espacio, no solo físico, también mental, que anida en cada una de las páginas del libro. Y es, en esa hábil forma que atesora de relacionar personajes y hechos históricos que en apariencia no guardan relación entre sí, donde Remaury encuentra su filón narrativo y capta la atención del lector con su habilidad para novelar las historias reales que nos cuenta.

Una forma narrativa que me ha recordado al estilo de otros autores franceses como Patrick Deville o Emmanuel Carrère, pero con ese desenfadado toque didáctico para todos los públicos de obras como “La vida contada por un sapiens a un neandertal” de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga. Y justo ahí es donde el libro alcanza su principal valía: en la forma en la que te sumerge en la antesala del mundo que nos rodea en la actualidad y en el que estamos inmersos. Un mundo que se ha desprendido de la seguridad de la caverna para lanzarse a la brutal conquista del espacio físico con desesperada codicia. Un mundo en el que el reloj del fin del mundo y su guadaña atómica marca el devenir de nuestro presente de forma obstinada. “El mundo horizontal” es por tanto un interesante, aunque breve ensayo, que nos enfrenta a nuestra visión actual del mundo que habitamos y cómo estamos encaminados al abismo de un final que se antoja irremediable.

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