El diario de los incurables

Cuando Guiu Cortés me dijo explícitamente que no podía agrandar la sinopsis de su obra prima literaria porque ya en el primer capítulo había auténticos spoilers, me invadió el escepticismo, no imaginaba que fuese a ser tan fiel a su palabra. Pero lo cierto es que el líder natural de El Niño de la Hipoteca ha conseguido dejarme con la boca completamente abierta con este libro.

Dentro de “El diario de los incurables” nos encontramos ante una distopia que no nos parece tan lejana por culpa de la influencia que ha extraído el autor de los peores momentos del 2020. Gracias a esto consigue que te adentres de lleno en la historia y que no quieras abandonarla hasta saber que es aquello que aguarda en el final. Lo mejor de todo es que el inicio del libro lo podíamos protagonizar tú y yo, dos personas mundanas que realizan una de las acciones más cotidianas de la vida: criticar a un ricachón ególatra que pretende lavar sus sucias manos con un pequeño donativo.

Este inicio tan real está protagonizado por dos enfermos incurables –véase el título– que provocan, tal y como dice Cortés, un efecto mariposa que llega hasta puntos insospechados. Dentro de sus páginas nos encontramos con un grupo que se levanta contra los más privilegiados, una auténtica crisis política que paraliza España, grupos terroristas, historias de amor y traiciones. Un cóctel que, aunque pueda parecer de lo más enrevesado, tiene todo el sentido del mundo.

El único punto flaco que le podemos encontrar al libro es la gran sucesión de personajes secundarios que pueden hacerte perder en cierto punto de la lectura. Pero gracias al ritmo tan apasionante que coge la novela tras cada capítulo, es un detalle menor que logras subsanar por ti mismo regresando unas páginas atrás. Y otro de los detalles que pueden hacer perder brillo a la novela es la crítica social y el mensaje político que atesora porque, aunque parecen estar bien marcados, el autor incluye una nota al final del todo en la que se encarga de liberar todo el escrito de cualquier pretexto posible.

Así que, olvídense de cualquier bandera, patria o partido político y disfruten de la lectura que, aunque no quiera desvelar mucho sobre lo que os espera entre sus páginas, os puedo asegurar que es una de las novelas más adictivas que he leído en los últimos tiempos.