Blues de la frontera. Anarquía y libertad de los Amador

Desde la evolución de la etapa hermética del flamenco, sabíamos que esos primeros cantaores de los que tenemos referencia (El Planeta, Tío Luis de la Juliana, El Fillo, La Andonda, etcétera) llevaban en su atávica voz al pueblo, con ecos que hacían herir el alma. El ritual preciso del cante del Delta del Guadalquivir, coincidiendo en espíritu con el blues del Delta del Mississippi. De ahí que Marcos Gendre (A Coruña, 1978) le dedique un ensayo a uno de los cruces de caminos musicales más fructíferos entre estas dos maneras de entender la música: el flamenco y el blues de la mano de los hermanos Rafael y Raimundo Amador, Pata Negra.

“Blues de la frontera. Anarquía y libertad de los Amador” nos habla de la Triana comunera de Los Caganchos y Los Pelaos, de las Tres Mil Viviendas, de la expulsión de los gitanos de su barrio al otro lado del “Río Grande sevillano” hasta esas gélidas y apartadas colmenas de bloques de cemento armado. Nos explica cómo influyó en los Amador el hecho de vivir cerca de “Las Vegas”, procediendo de una familia de estirpe flamenca y cómo se dejaron influir por los sonidos fronterizos… Y en ello estamos hasta que, en 1987, se publicó “Blues de la frontera”, un disco lleno de talento bajo andaluz. Gendre nos lo cuenta en forma de anécdotas, aventuras y desventuras, poniendo voz a los protagonistas de entonces y a otros, que, sin haber vivido “la experiencia del nuevo flamenco”, también forman parte del elenco: Antonio Smash, Diego Amador, Guadiana, Gualberto, Kiko Veneno, Rafael Riqueni, Tomatito… Un libro lleno de vicisitudes cuajadas de surrealismo calé y flamenco cosmopolita. Y es que no podríamos entender lo que pasa hoy en la escena del flamenco, sin saber lo que pasó entonces. Un libro que nos hará disfrutar de nuevo de uno de los grandes momentos de la historia de la música española.