Permiten los libros de conversaciones, si sucede que entre periodista y entrevistado/a se produce la necesaria complicidad, poder escuchar la voz íntima de la persona entrevistada. Una voz modulada por la confidencia y la confesión. No suele ser habitual, sin embargo, que el/la entrevistado/a se muestre sin los filtros del pudor y el decoro que exige lo público. Esto es, que no esté posando, de una u otra forma, para la cámara. Y este es precisamente el mayor valor de “Conversaciones con Ana Curra”, libro que recoge las conversaciones mantenidas durante diez días (entre el 21 de diciembre de 2020 y el 11 de marzo de 2021) entre la periodista Sara Morales y la cantante, teclista y compositora Ana Curra.
El libro, así, cumple dos objetivos: el poder tener una panorámica completa de la carrera y vida de Ana Curra y el de que ella se explique, valore y mesure momentos cruciales de su vida, su carrera musical y nos dé pistas de su personalidad y su manera de estar en el mundo; como cuando afirma, bien al principio, que “nunca he buscado ser una estrella, ni he sentido nunca querer serlo”.
Cuenta Curra que la razón para darse a las confesiones en este libro procede de la intuición, que ella se guía “por las frecuencias”, pues ambas (periodista y cantante) no se conocían antes de la realización del libro. Y uno tiene justo esta misma sensación durante toda la lectura del texto, escuchando a Curra, que su vida se ha venido guiando menos por el cálculo que por el instinto. Curra lo expresa así: “Cuando dejamos que la razón no nos bloquee los sentidos, tenemos muchísimas alertas naturales que podemos llegar a percibir como lo hacen los animales”. También tiene la cosa mucho de azares, o por mejor decirlo, del acierto (o desacierto) de estar justo en el momento preciso y en el lugar adecuado (y esto, como se ha dicho, tanto para lo bueno como para lo malo). Esto se explica por su gusto por la experimentación. “Siempre he sido muy temeraria”, dice Curra. Desde coincidir entre el público justo al lado de Carlos Berlanga en un concierto (cuando le propone que se integre a Alaska y los Pegamoides) hasta el fatídico hecho de ir conduciendo el Seat Ronda alquilado a la altura de Alfaro, en la Rioja, cuando tuvo lugar el accidente a resultas del cual moriría Eduardo Benavente. Por cierto que, a este respecto, dice: “He estado muchísimo tiempo sin poder hablar de ello”. Y se trata, justo por esta razón, de uno de los momentos duros y descarnados que relata durante el libro, al que se ha de sumar también la narración de la muerte de otra de sus parejas, El Ángel. Y hablando de coincidencias, resulta muy chocante que tres de sus parejas sentimentales formasen parte de un mismo grupo: Los Escaparates. Se trata de Eduardo Benavente, el Ángel y César Scappa.
“Conversaciones con Ana Curra” transita por momentos duros, pero también tiene tiempo para las curiosidades que quizá muchos fans no sepan, y sirve para realizar un repaso pormenorizado de la discografía de Ana Curra tema a tema (y aquí se hace patente el exhaustivo conocimiento que tiene Morales sobre la obra de Curra y su interés por ella). Además, se explica, de una vez, el porqué del retiro de casi diez años de Ana Curra de la vida pública y su relación con el infierno de las drogas; ese perderse a la deriva, ese “no ser dueña de tus propios actos”.
“Conversaciones con Ana Curra” sabe conjugar bien lo frívolo con lo sagrado, la vivacidad con el desconsuelo, lo público con lo íntimo; la humanidad con el mito. Así, por ejemplo, resulta de vital importancia conocer el día a día de la relación de Curra con Benavente, con García Alix o con El Ángel; detalles cotidianos que fuera de destruir la imagen heroica de los ídolos sirve para afianzar su calidad humana y vital. Y lo mismo con lo que tiene que ver con la parte profesional, alimenticia, de la Curra, con sus alumnos en el conservatorio donde da clases desde hace unas cuantas décadas.
En última instancia, “Conversaciones con Ana Curra” es también un libro que nos habla del hecho de crecer, de tener que ponerse gafas porque la visión pierde calidad, de hechos tan nimios, pero tan trascendentes, como que el pelo pierde brillo con la edad. Esto es, que ya no todo son sueños de juventud y que toca adaptarse. Y es una lección de vida. Sentencia Ana Curra: “Cuando vas cumpliendo años, te das cuenta de que el valor no está en suicidarse, sino en seguir. Esa es la fortaleza y la valentía”. “Conversaciones con Ana Curra” da cuenta de esa capacidad para sobrevivir de la Curra, para reponerse de lo terrible, para sonreírle a las tinieblas y ponerlas de su lado, aprender de ellas, para hacerse más fuerte.
Un libro no solo para fans, sino para cualquier persona que esté interesada en el underground español de las últimas décadas. Y, asimismo, una reivindicación de una figura crucial del siniestrismo patrio, alejada voluntariamente de los focos, que no permitió que la industria la convirtiera en la Madonna española. Una mujer que no tuvo más remedio que hacerse a sí misma.
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