Las guías de temática musical se han convertido, a lo largo de los últimos años, en un clásico del tipo que siempre suele funcionar para el aficionado medio a la materia. Unos tomos que, cuando menos, suelen resultar una fuente de datos curiosa y, en el mejor de los casos, cumplen en su papel enciclopédico y sobradamente interesante acerca de la temática concreta que el autor haya decidido abarcar entre sus páginas y capítulos.
En este caso es la italiana Guia Cortassa quien aporta los textos que acompañan a ese generoso número de mapas, fotografías, líneas cronológicas, anécdotas y esquemas que, bien agrupados y al amparo de un volumen imponentemente presentado, componen el grueso del contenido. “Ciudades de la música” es, en cualquier caso, un documento que apuesta por el impacto visual como baza principal e indisimulada, con instantáneas de gran tamaño y coloridos croquis que ayudan a la ubicación.
Se trata, tal y como reza el subtítulo de la referencia en cuestión, de una especie de “Atlas de lugares imprescindibles de la música mundial”. Un viaje por cada continente con la intención de exponer, sin tapujos ni complicaciones (o, dicho de otro modo, con un apropiado número de detalles en favor de la practicidad del libro), la mejor herencia musical de cada una de las localidades elegidas para, a continuación, desgranar el movimiento o tendencia allí acontecida antes de ser adoptada por el resto del planeta.
Una selección variopinta en estilos, duraciones e impactos en la cultura, que a su vez alimenta y justifica el propio escudriñamiento del lanzamiento. Desde Kingston y el reggae a Londres y el Britpop, pasando por Seattle y el grunge, Nashville y el Rock & Roll clásico, o La Habana y los ritmos latinos. “Ciudades de la Música” luce, en definitiva (y en la práctica), como tomo sustancial que oferta justo aquello que prometía: un entretenido y, en ocasiones, vivificante y didáctico trazado hacia diferentes y cuantiosas direcciones sonoras.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.