El enorme rompecabezas que es cuadrar un relato oral con testimonios de casi
cien personas distintas debe ser una tarea titánica. Quizá por eso Luis Costa,
quien ya va camino de ser master en la materia (tras “Bacalao. Historia oral
de la música de baile en Valencia 1980-1995”, publicado también por Contra,
en 2016), ha contado esta vez con el DJ y periodista Christian Len para escribir
un enorme volumen que nació a consecuencia de aquel. De hecho, son dos
libros perfectamente complementarios, que documentan dos fenómenos que se
desarrollaron en paralelo pero sin apenas tocarse, algo que hoy en día, en la
era de la hiperconectividad, nos puede parecer inaudito.
Alfredo Fiorito, César de Melero, José Padilla, Paul Oakenfold, George Evelyn,
Carl Cox, Irvine Welsh o Antonio Escohotado son algunos de los ochenta y pico
personajes que integran el reparto de tan fascinante historia: la de un terruño
que, milagrosamente (incluso en tiempos de Franco) fue un islote de
emancipación y creatividad, tierra de promisión para beatniks, hippies,
bohemios y demás espíritus de vuelo libre, que se perfiló esencial para
entender la cultura de club gracias a sus enormes discotecas a cielo abierto, en
las que el house de Chicago prendió con inusitada fuerza, generando un viaje
de ida y vuelta con las islas británicas.
Más que un estilo o un género, el balearic fue una forma completamente
desprejuiciada de pinchar música, muy mediterránea, luminosa y sensual.
Fundiendo beats lisérgicos con guitarras acústicas, en muchos casos.
Sonorizando atardeceres, amaneceres y noches que parecían no tener fin. Y el
hecho de que su eco se fuera diluyendo con el tiempo no fue obstáculo para
que Ibiza, ya fuera a través del handbag house de superclub, del techno, del
minimal o de la EDM que todo lo inunda a golpe de selfie y cultura VIP en
hoteles de lujo (la familia Matutes no quiso hablar), haya seguido siendo una
referencia mundial en cuanto a cultura de ocio. Todo eso –y algunas cosas
más– tiene aquí su reflejo. Qué gran documental saldría de estas quinientas
sesenta páginas.
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