En el prólogo del libro, Rubén Serrano apunta que “Asalto a Oz” es un espacio para que “nosotros, nosotras, nosotres, los maricas, las bolleras, las personas bi, trans, no binaries, de género fluido, queer, los viciosos, la aberración del sistema, los enfermos, quienes estamos al margen, quienes no somos tan importantes, (..) a quienes nos hacen sentir vergüenza, a quienes aún nos persiguen, asesinan y torturan” se lean, se encuentren y se identifiquen. Y claro que lo es. Pero, además de esa función de espejo, también es un libro que acerca a los lectores otras realidades que puedan estar fuera de la suya. Y, por lo tanto, ayudar a sacar del margen a los anteriormente citados, a darles importancia, a no hacerles sentir más vergüenza. Ni qué decir de perseguirlos, asesinarlos o torturarlos.
Y es que “Asalto a Oz” es una antología en la que la nueva narrativa queer española muestra una fotografía de la realidad LGTBI+. Nombres consolidados como Aixa de la Cruz, Alana Portero, Ángelo Néstore, llenan una lista de hasta quince cuentos. Cada uno en un estilo muy particular, unos más potentes que otros. Textos sobre la precariedad, el amor, la lucha trans, reflexiones sobre la relación entre el sexo y el género, sobre la violencia que se ejerce sobre ellos… Dos son necesarios de resaltar: el de Elisabeth Duval y el de Rodrigo García Marina. Léanlos, porque, como dice Serrano, “nosotros también somos literatura”.
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