Orchestra Of Spheres son esos cachondos de aspecto extravagante que se inventan un género inexistente -la new wave polinesia- para despistar a los periodistas, construyen guitarras con cajas de galletas o aspiradoras y se marcan conciertos absolutamente imprevisibles. Pero bajo esa pátina de excentricidad y menciones a Sun Ra o Talking Heads, late una banda capaz de hermanar a Fela Kuti con Stereolab (“Walking Through Walls”), barnizar el blues tuareg de modernidad (“Anklung Song”), marcarse orgías polirrítmicas que serían la envidia de Dirty Projectors (“Bells”), pervertir la semilla del kraut (“Cluster”), oficiar como un Timbaland de baja fidelidad (“In The Face Of Love”) o pilotar travesuras con molde de banda sonora sci fi (“The Reel World”). Son de Nueva Zelanda, este es su tercer trabajo, y su desbordante imaginación debería estar aquí para quedarse.
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