Tras un brillante mini-LP que ya daba como para que algunos los convirtiéramos en nuestra nueva banda favorita, Foxygen no se han demorado en entregar un debut que no sólo mejora y expande lo ya expuesto en “Take The Kids Off Broadway” (Jagjaguwar, 12), sino que puede que por una vez estemos ante un disco ciertamente merecedor de un título tan grandilocuente. Herederos directos de la iconoclastia de Anton Newcombe (se formaron tras ver el documental “Dig”) y obsesionados con unos giros inesperados dignos del musical “Hair”, el dúo formado por Sam France y Jonathan Rado (habría que añadir al productor Richard Swift como tercer miembro) ha logrado elaborar un excéntrico batiburrillo de rock clásico, la psicodelia casera y la policromía pop. Sin miedo a sonar excesivos e incluso ridículos (¿acaso es amor si no te convierte en un patético bufón?), cortes como “San Francisco”, “No Destruction” o “Shuggie” son gemas en estado puro, fierecillas en su hábitat natural campando a sus anchas, mientras en “Oh Yeah” o la canción que da título al disco sus continuas piruetas emocionan y marean. Foxygen tienen una caja de petardos en una mano y una cerilla en la otra. Que empiece la fiesta.
Ja era hora que en parlessiu!