¿Era necesaria una colección de canciones tan corta después del tiempo de espera de un nuevo disco de Cooper? Esa es la pregunta que se me antoja hacerle a Alejandro Díez cuando constato que este mini-LP se queda en las seis canciones. Pero es que encima son tan buenas, todas singles potenciales, que la sensación de cabreo se incrementa por la escasez ¿O es eso bueno? Pues quizá, oigan. Puede que quedarnos con ganas de perfectos trallazos power-pop como “Ideal”, de la increíblemente The Kinks “Hipsters” o de ese “Entre girasoles” que parece una versión hispana de cualquier tema de Norman Blake, sea lo mejor. Y es que además de hacer lo que siempre ha hecho a al perfección, léase trazar excelsas melodías, Cooper parece haber alcanzado una madurez digna de elogio y de la que muchos dudábamos en ciertos momentos de su carrera. Será cuestión de seguir por el camino (bien) encontrado.
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