No tengo claros los motivos, pero pese a que la música de Dorian no es más que pop, siempre les he considerado ungrupo alejado de las demás formaciones estatales. La particular voz de Marc, sus arreglos electrónicos cada día más elaborados y la efectividad de sus singles se alejan de la obra de sus teóricos competidores. Y “La ciudad subterránea” supone–debería suponer- su despegue definitivo.
El cuarteto catalán combinacon sutileza su original esencia pop con una carga electrónica (que echa la vista hacia los ochenta para mirar hacia el futuro) que les sienta más que bien y que ha ganado muchísimo en protagonismo. Nunca antes Dorian habían sonado tan consistentes y tan redondos en conjunto como en canciones de la frescura de “Verte amanecer”, “Estudios de mercado”, “Las malas semillas”, “La tormenta de arena” o “Paraísos artificiales”. Ni tan bailables tampoco, aunque siempre hubo algo de eso en “10.000 Metrópolis” (04) o “El futuro no es de nadie” (06).
Si algo queda claro es que Dorian confían en su potencial y va siendo hora de que nosotros también lo hagamos. “La ciudad subterránea” suena comercial y radiable y lo mejor de todo es que lo hace sin traicionarse en ningún momento y sin que nada suene superfluo o impostado. Vamos que, se hayan dado cuenta o no, Dorian han firmado su mejor disco y uno de esos álbumes que se hacen querer.
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