Existen pocos discos que puedan eludir las valoraciones y los etiquetados (los de los críticos incluidos) y, en contrapartida, hay demasiados músicos que carecen de ese talento natural que hace grandes a unos pocos. El nuevo larga duración de Antony entra en la primera categoría. “I Am A Bird Now” es una obra con la que dejarse llevar a través de las emociones y los sentimientos, de unas canciones que no puedes dejar de escuchar una y otra vez.
Una droga, sus composiciones son una droga con la que sentirse vivo. Acostumbrados como estamos a utilizar los discos como si de kleenex se tratase, resulta gratificante vivir la experiencia que supone ir cambiando de canción favorita del disco cada dos días o el conocer al dedillo cada uno de los suspiros y acordes de un disco excelente. Menos orquestado que su predecesor, “I Am A Bird Now” es un disco consistente y a la vez íntimo. No importa que aparezcan todos sus amigos (Lou Reed, Boy George, Devendra Banhart y Rufus Wainwright), salpicando de colorido un trabajo que se convierte en un festín irresistible. En "Hope´s There´s Someone" ejerce de diva andrógina, "My Lady Story" es sutil y tierna, "Man Is The Baby" rebosa dolor, en "For Today I Am A Boy" nos brinda una apasionada exhibición vocal, en "What Can I Do?" se reencarna en Billie Holiday y en "Fistful Of Love" nos presenta la canción más redonda (previa introducción a cargo de Lou Reed) de un disco sin grieta alguna.
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