Decir que el álbum debut de Dover -"Sister Sister" se titulaba- pasó algo inadvertido no debería sorprender: allí estaba su discográfica para conseguirlo. Verdades menos aplastantes se han leído en este país, el mismo incapaz de reconocer la valía de Mercromina o de permitir a Fang mantenerse en la sombra.
Pensarán, a estas alturas de reseña, que últimamente voy defendiendo la escena nacional más de lo merecido. Tremendo error. Si Dover merecen nuestro apoyo, poco importa su procedencia. Ejemplo: Dut han pinchado con su "At" tras un brillante primer disco, pues lo reconocemos. Dover han conseguido lo contrario, pues también. Si ese par de hermanas de sobrada personalidad han sido capaces de firmar un álbum interesante y comercial a la par, deberíamos felicitarlas (y a sus compañeros).
Su nueva obra lo es, desde "Devil Came To Me" hasta "Sick Girl", con algún desliz en los medios tiempos, sin importar en que división podamos clasificarlo. Duro, áspero, atractivo. Lo suficiente para, sin ser una obra maestra, justificar su compra. Ya iban bien encaminados Coz cuando cantaban el tópico aquel de "uh, ah, las chicas son guerreras". Las de Dover, la de Fromheadtotoe, las de Aerobitch. Ni Irantzu, ni Teresa; esas seguro que no.
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