En plena era de excesos, obsesión tecnológica y búsqueda de la perfección. Karen O ha decidido lanzar su debut en solitario, a través del sello de Julián Casablancas, y luchar contra la corriente. “Crush Songs” (Cult Records, 2014) es una colección de canciones sencillas, directas y sobre todo breves, cosa que se agradece, que pretenden tachar la rebeldía acumulada de la cantante durante estos largos años.
Un álbum modesto, pero a la vez interesante, que se aleja por completo del garage, de la vena punk y las guitarras que caracterizan a Yeah Yeah Yeahs. Ha decidido aislarse del mundo, desnudarse poco a poco, y profundizar en su mundo interior. Para así, poder sacar a la luz su lado más adolescente en un repertorio acústico, que le grita al amor, y con un ambiente íntimo creado a base de solos de guitarras y susurros. Aunque, en algunas ocasiones, como en “Otherside”, apuesta por introducir algunas dosis de batería y coros de apoyo. Que invitan a imaginar cómo serían los temas de este debut algo más trabajados y estructurados.
La dosis de ruido añadida en cada una de las canciones le aporta naturalidad, no existe pureza en sus composiciones y no hay intención de limpiarlas. “Crush Songs” es un disco que te lleva a imaginar a Karen tirada en la cama, acompañada de su guitarra, llorándole a esa figura que tanto echa de menos y suplicando por su regreso. Una situación costumbrista, normalizada, salida de una relación obsesiva, llena de altibajos, de pasión y profundas depresiones. Un amor inesperado que ha terminado dejando una huella bastante dañina en la artista.
Sus primeros pasos como solista los dio a través del sector de las bandas sonoras y ese lado melódico, que estas terminaron aportándole, podría ser la derivación de este nuevo proyecto musical. Eso sí, bajo una línea mucho más de estar por casa y esa sensación permanente de que lo que escuchamos podrían ser demos de canciones finales, e inexistentes, que se mantienen a lo largo del álbum. Factor que lo hace aún más rudimentario y que obliga a imaginar que algunos de los temas podrían incluso estar escritos sobre la marcha. Nada de ensayos, nada de premeditación, el amor llega cuando menos te lo esperas y su sombra ha cubierto a Karen O por completo.
"La dosis de ruido añadida en cada una de las canciones" son un coñazo. Por algo desaparecieron los casetes.
Esperaba este disco con impaciencia ya que me apasiona la BSO de "Where the Wild Things Are". La culpa la tengo yo por tener expectativas.
lo escuché y lo borré....mejor vuelvo a escuchar la BSO de "Where the Wild Things Are". o alguno de los primeros de los Yeahs.....la fiebre del low fi me aburre...