Bubblegum

Hay tantas cosas que decir sobre este nuevo trabajo de Mark Lanegan que no perderé mucho el tiempo. Lo primero es que, y sin necesidad de abrir el compacto, observo que hace gala de un hasta ahora inédito y fino sentido del humor. Todo un chiste la portada de negro riguroso y ese título, nada menos que Bubblegum, en el dorso.

Segundo que, por fin, suena eléctrico y en ocasiones a continuación rotunda del sonido Screaming Trees ("Hit The City”, “Like Little Willie John”, “Head”), así que los seguidores de la banda de Seattle que no le pillaban a Mark Lanegan ese puntito crooner de la amargura disfrutarán mucho más con éste.

Tercero que, harto de comerse los mocos (a nivel de ventas se entiende), ha aprovechado a toda la artillería pesada de su agenda de contactos desérticos (Josh Homme, Nick Oliveri, PJ Harvey, Chris Goss y hasta Izzy Stradlin y Duff McKagan) para hacer su álbum más variado y que mejor mantiene el pulso y la atención del oyente.

Cuarto, comprobar que alguien, no sé quién pero estrena discográfica, le ha susurrado a la oreja que sería bueno dotar a su voz lastimera de un contrapunto femenino que la suavice (también en directo como pudimos comprobar en el Azkena).

Y quinto, que es un buen disco aunque siga sin superar el listón de Whiskey For The Holy Ghost y sobre todo de Scraps At Midnight.