En el último año la sombra de Lorena Álvarez se ha ido haciendo larga y más larga. Primero como una feliz anomalía del underground patrio, luego como una promesa en ciernes del pop independiente más bizarre (Julieta Venegas se declaró fan hace unos meses de la asturiana en su cuenta de Twitter), y ahora, tras publicar su debut, como una realidad rotunda. A medio camino entre el folk-pop, la música tradicional asturiana (sí, las jotas) y una actitud deliberadamente punk, “Anónimo” es lo más cerca que estará nunca un artista español de Jonathan Richman. Álvarez comparte con el trovador norteamericano esa mezcla de candidez, inocencia y sentido del humor cáustico; elementos que quedan bien reflejados en algunas de las mejores canciones del disco (“La boda”, “Vieja amiga”, “Centro de atención”). La deuda con Richman es evidente en las muy “Egyptian Reggae” y trotonas “Sin título” y “Burro”. Ahora bien, dejando de lado los paralelismos con el jefe de los Modern Lovers, Lorena Álvarez y su banda Municipal rebosa personalidad e ideas propias. Que quede claro: “Ánonimo” es un tratado pop de raíces que trasciende eso de las jotas indies o como lo quieran llamar. En un mundo donde los músicos sin adulterar son una especie de extinción, el debut de Lorena Álvarez debería valer su peso en oro.
I see, I supopse that would have to be the case.