Llepolies

Hace unos días los valencianos Zoo publicaron “Llepolies”, su tercer disco y el primero lanzado desde su propio sello discográfico, ZOO Records. Mientras que en el primer disco, “Tempestes venen del sud”, querían dejar claro cuales eran sus intenciones y sus bases (la electrónica y el rap), y en el segundo, “Raval”, apostaron por letras mucho más políticas, en este tercer trabajo han dado un giro al timón, dejando a un lado el rap más duro para acercarse a ritmos más poperos. A eso hay que sumarle que el resultado es mucho más reflexivo, con producciones más trabajadas y detalladas –no en vano le han dedicado casi dos años– como las de “Deixa’m que caiga” o “Tobogan”. De todos modos, pese a ello, es evidente que mantienen sus principales señas de identidad (y eso sin contar lo reconocible de la voz de Toni Sánchez “Panxo”).

Como siempre, no dejan títere con cabeza a través de unas letras muy críticas con la realidad politico-social que vivimos –y llevamos años viviendo–. Un ejemplo muy claro es “La del futbol”, que arremete contra la utilización del fútbol como opio para la población. También hay lugar para hacer una oda a su tierra, Valencia, bajo el nombre de “Diània”, que es el nombre con el que se conoció durante un tiempo a las Comarques Centrals Valencianes (CCV), y para recordar sus seis años de carrera en “Cançó pòstuma”, en la que vuelven a lo suyo, a dejarse llevar por la electrónica y combinarla con el rap más potente. En cuanto a colaboraciones, en esta ocasión nos encontramos con tres: JazzWoman en “Tir al ninot” –en la que encontramos una referencia al gaditano y comparsista que murió en 2019, Juan Carlos Aragón–; sus admirados SFDK en “Sereno” –una canción de amor a los seres más queridos y a esos que están siempre ahí “en las malas y en las buenas, las de cal y las de arena”– y, por último, Marala y Taktel en “Llepolies”, el tema que da nombre al disco.

Así pues, desde sonoridades distintas y bajo su propio sello, Zoo siguen defendiendo en “Llepolies” al pueblo y a la tierra, como de costumbre, con unas letras cargadas de significado y ritmos con mucha fuerza. Los años pasan y Zoo se mantienen en lo suyo, y haciéndolo tan bien como siempre.