Acostumbrados a moverse con soltura en los terrenos más difíciles, con tendencia a sugerir siempre nuevos giros inesperados en una trama –su discografía- llena de aristas, Lagartija Nick abandonan el pop de sus excelentes últimos dos discos y entregan este convulso, violento, nervioso y amargo “Zona de conflicto”, que contiene su cancionero más incómodo, ingrato. También el más hermético, el más críptico.
Con la banda convertida en trío punk y una producción (de nuevo a cargo de Paul Grau) que busca más que nunca la suciedad, el ruido, “Zona de conflicto” está marcado por la ausencia como tema (un divorcio reciente y la muerte del maestro Enrique Morente, a quién va dedicado el disco), convirtiéndolo, de algún modo, en uno de los más extraños discos de ruptura grabado nunca en español.
Sus canciones -y los riffs de las guitarras- son pequeños aguijones que se clavan de manera profunda y que suenan a súplicas, (ahí están “Zona de Conflicto”), a ajustes de cuentas (la oscura “Vuelo nocturno”) o a pequeñas victorias mezquinas, como en la excelente “Panorama Nº 5”, una canción sobre querer –y fatalmente no poder- tener los pies en la tierra. Aunque la clave del disco está, creo, en la contundencia de “Supercuerda” donde un hombre desesperado, solo, abandonado, grita al espacio sin obtener respuesta. Como si el universo pudiera explicar el misterio del deterioro físico de los cuerpos o el fin de una pareja que parecía que iba a durar siempre.
Joder, no lo había escuchado hasta este fin de semana. Vaya barbaridad...tremendo!! De lo mejor que han hecho en años.