Vortice son, probablemente junto a The Eyes, Moksha, Vidres a la Sang y Foscor, una de las bandas catalanas –y estatales- con mayor potencial y proyección internacional. “Human Engine”, su debut de hace un par de años, dejó sin aliento al respetable con un death técnico y complejo que, sin esconder sus deudas con el sonido de los suecos Meshuggah, exploraba un terreno virgen en la escena local. El cuarteto regresa ahora con “Zombie”, un segundo trabajo que certifica su conocimiento y dominio del lenguaje del metal extremo. No encontramos en él excesivas novedades, salvo puntuales acelerones de tempo. Poco importa. Lo realmente destacable aquí es que la banda ha perfeccionado y ha sabido exprimir las posibilidades de su ya característico muro de sonido. Una constatación evidente desde la brutal primera pieza del disco. Pepinazo es la primera palabra que viene a la mente. Léase también proyectil. Bomba. Edificio derrumbándose. En ella, Pere Sánchez vuelve a despachar riffs pesados como losas, pero aún así dinámicos, apoyados en un nuevo banquete de redobles y compases fuera de lo común a cargo del batería Llorenç Puig. Y así sin respiro a lo largo de ocho temas que parecen emanar de una caldera de hormigón a punto de estallar. Contra todo pronóstico, “Zombie” logra superar a su antecesor y confirma a Vortice como uno de los proyectos metálicos más sólidos surgidos recientemente de este país.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.