Tras celebrar su 20 aniversario en 2017 por todo lo alto con un concierto junto a la Orquesta Sinfónica de Euskadi, a Zea Mays le tocaba plantearse la inevitable pregunta: ¿Y ahora, qué? Lejos de dormirse en los laureles, el cuarteto de Rekalde se puso manos a la obra para componer su décimo disco (noveno de estudio). “Atera” (Salir) es una bomba que explota en tu cabeza de principio a fin.
Desde las primeras estrofas de “Gaur Ni Naiz” (Hoy soy yo), encargada de abrir, la magnética voz de Aiora atrapa sin remedio. Se va fundiendo a la perfección con la música, en la que experimentan sin prejuicios con la música electrónica a través de sinthes y samples sin que deje por ello de sonar roquera y guitarrera. El productor, Carles ‘Campi’ Campón, les aisló del mundo en los estudios Garate de Andoain. Allí les puso a tocar a los cuatro a la vez, con pocas tomas en directo para captar la esencia y la energía de la banda.
El resultado habla por sí mismo. Once trallazos tan cañeros como bailables, hechos para que el público no deje de mover el esqueleto en sus directos. “Kea” (Humo), el primer single, es un claro ejemplo. Capaz de sonar ochentero con sus líneas de sintetizadores y moderno a la vez. El videoclip, un alegato a la diversidad editado al revés, tampoco tiene desperdicio ninguno. Como tampoco lo tienen la pegadiza “Hiri Eri” (Ciudad enferma), la melancólica “Atera” o la adrenalínica “Haizearen Jainko Beltza” (El dios negro del viento), por mencionar algunas.
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