Había que descargar y liberar, de alguna forma, el enorme peso que supuso “PUTA” en la vida de Zahara. Toda esa energía acumulada con cada paso que daba de la mano de ese disco, y el enorme crecimiento en todas direcciones, no podía quedarse en un simple “borrón y cuenta nueva”. “PUTA”supone la obra más importante hasta la fecha para la artista, la pieza con la que nos abrió su alma rota para mostrar su vulnerabilidad, sanar y ayudar a los demás. Ahora, una vez recuperada y saciada, Zahara ha decido compartir sus canciones con otros queridos compañeros de la industria para que ese disco también forme partes de sus vidas. De esta forma, firma “REPUTA” como una obra colectiva en la que cada uno de los participantes se apodera de las canciones para hacerlas suyas y liberar así a estas de la responsabilidad y la carga que cada una de ellas tenía dentro de su disco origen.
Así, Zahara se aparta de la idea de construir un disco de remixes al uso para enriquecer las propias canciones regalándolas a otros. Firma un álbum en el que vuelca el valor de cada uno de los temas en los demás y en el que en algunos momentos casi llega a desaparecer. Remarcando, de esta forma, su imagen como creadora y el poder de cada una de las piezas más allá de su propia interpretación. “REPUTA” es un disco que mantiene la esencia de Zahara sin llegar a sonar a ella misma. Que respeta el valor de los temas originales, pero los coloca sin miedo en nuevos universos donde se desarrollan de una forma estupenda. El mayor ejemplo de todo esto es como “Merichane”, himno intachable de “PUTA”, termina deconstruido a través de las guitarras de las Shego, su espíritu garajero y naturalidad. Una unión que la propia Zahara ansiaba hacer realidad por el enorme respeto y admiración que tiene a la banda. Siguiendo esta misma línea, tras iniciar “REPUTA” con esa semanasantera “Dolores” junto a Rodrigo Cuevas, dándole así un lugar destacado que no tuvo en el disco original, da gusto vivir ese contraste brutal entrando en “joker” junto a Carolina Durante. Carolina se adueñan del tema y no solo introducen en él nuevas narrativas más cercanas al grupo sino que lo colocan en esa vena punk con la que tan bien han madurado entre “palazos” y “cayetanismos”.
Al otro lado, colgando las guitarras, Zahara entrega “Sansa”, y todo lo que supone esa canción para ella, a la inmensa voz de María José Llergo (“De todos los hombres que me han maltratado, tú que no me has rozado has sido el que más me ha destrozado”). La canción vuela con alas propias hasta rozar el cielo y casi lo celestial. La gran personalidad de Llergo impulsa una pieza compleja y personal que ya en la voz de Zahara supone un enorme y duro viaje. Algo parecido ocurre también con “médula”, donde Zahara entrega la oscuridad de este tema pop a La Oreja de Van Gogh para que estos lo llenen de su inigualable melancolía. Nada más empezar la canción, al escucharla en los labios de Leire Martínez, consiguen que incluso olvides que esta perteneció en algún momento a “PUTA” y era una de las favoritas del público.
Es evidente que “REPUTA” supone la despedida de la propia Zahara a una era inolvidable. Cualquiera que haya podido ver esta etapa en alguno de sus directos comprenderá la capacidad de transformación y crecimiento que ha supuesto para la artista. Cómo la hemos visto desarrollarse de una forma que desconocíamos, saltar al infinito, expandirse, evolucionar. Por eso, más allá del lado más popero del álbum, la propia artista también ha querido capturar esas ansias creativas, esas ganas de exploración constante y esa nueva vida aún por explorar en Zahara que puede llevarla hasta donde quiera. Tras “médula”, el álbum inicia su verdadera despedida con ese “berlin U1” de Perarnau IV como si fuera la sesión más esperada de la fiesta. Tema que también otorga la propia Zahara a Alizzz para que incorpore a una de sus noches de insomnio, humo y alcohol. Tras él, entran en el juego Producciones Extintor (Marcel Bagés y David Soler) devorando “Taylor” y colocándola en un lugar muy distinto a la respetuosa versión de Delaporte. En esta ocasión, acaba todo en una masa de destrucción que aplasta el tema para llevarlo a una atmósfera más pesada que asfixia y solo es capaz de respirar a través de la onírica voz de Zahara.
Como cierre del álbum, Zahara pasa por una “Ramona” mucho más urbana, para acabar en esa gran “flotante” en manos de Cora Novoa. Una de las mejores apuestas para “REPUTA” con la que vuelve a dejar el disco en lo más alto y a colocar el universo “PUTA” en un nuevo lugar. Zahara ha sido muy inteligente construyendo este álbum y no entregando una obra de remezclas al uso. Por un lado, la complejidad de llevar un disco como “PUTA” al terreno de la electrónica con colaboraciones de lujo habría sido un enorme reto difícil de superar con nota. Podría, eso sí, haber tirado de la mano de Martí y llenar todo el disco de la esencia de “berlin U1” para recordar al espíritu rave de algunos de sus directos. Pero bueno, la artista ha preferido pensar en su público por encima de todo y construir un disco que sus fans puedan disfrutar y comprender al cien por cien. Firmando así una celebración de despedida en el que todos están invitados sin importar tu estatus dentro de la industria. Un disco que expande los valores del original a un público mayor y que consigue que el hilo de la vida de “PUTA” siga siendo muy fuerte, que su alargada sombra no pare de crecer.
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