Jon Aguirrezbalaga aka Zabala, el ex miembro de los extintos WAS (We Are Standard), nos propone un viaje ensoñador -sonoro y cinematográfico- a un Marte -imaginado a su gusto- del que sus oyentes salimos mejores; o, al menos, habiéndolo pasado bien.
Este primer álbum de este inquieto y poliédrico músico vasco -que publica el sello Forbidden Colours del gran Aitor Etxebarría- contiene catorce cortes en los que sinergia IDM, minimalismo, drone, ambient y sonidos industriales. Y todo obedece a una narrativa -densa y bien fundamentada- con evidentes querencias a la habitual distopia sci-fi pero que, paradójicamente, nos sumerge en una visión algo más abierta, rayano (casi) en lo optimista, ante una nueva civilización marciana que nos propone para una película que, para más méritos de la imaginación del propio Zabala, no existe.
A base solo de sintes analógicos, caja de ritmos y de su propia guitarra -poco más y a conciencia- el productor bilbaíno sustancia un universo musical futurista, intenso y coherente que evoca a aquellas míticas B.S.O. de los 80 que tanto le han inspirado.
En cortes como el sosegado "This Looks Like A Great Place To Stay" el tiempo parece pararse durante unos infinitos segundos luz. En otros –caso de "Hold On Until The Door Is Completely Closed"- la gravedad maquinal del mismo compite con su propia férrea levedad. "Night Gale" narra, con una épica bien medida, la visión de una luz inesperada, surgida de tierras presuntamente no habitables. O la brumosa lejanía dronera que propone la inquietante "You Were Right". "La extraordinaria I Told You I Don't Have Military Training" nos atrapa con sus destellos sintéticos y arpegiados en loop, sobre los que suceden cosas que se escapan a la razón humana. La enjuguescada, extraterrestre –con homenaje a "Encuentros en la tercera fase" incluido- y, hasta festiva, "Martian Rave" merece mención especial. Háganme caso, abran sus orejas a Zabala. Y de par en par.
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