Stranger

No ha sido el único, pero la figura de Yung Lean es capital para comprender la deriva ultra emocional del rap y el trap actuales. Este jovencito sueco empezó a los dieciséis años rapeando en su habitación sobre Pokémons, Ginseng y demás códigos adquiridos en Internet, lejos del hábitat natural del hip hop: las calles de cualquier gran ciudad. Pasa el tiempo y no se amilana, sino que explora a la búsqueda de nuevos caminos. Yung Lean, a pesar de su enorme fan base, se ha mantenido siempre outsider, publicando también bajo el nombre de Jonathan Leandoer, su nombre de pila. Ahí ha ido testeando ideas que derivan en "Stranger", su disco más personal.

A diferencia de su anterior y oscuro "Warlord", la música de sus habituales Gud, Yung Sherman y White Armor suena aquí mucho más imaginativa y creativa, igual que sus líricas. Manteniendo esas entonaciones rozando lo naïf el artista experimenta mucho más con los registros y las melodías, creando estribillos maravillosos como en "Red Bottom Sky". Pero el sueco tampoco se ha alejado de sus contradicciones. Sigue hablando de analgésicos como el Percocet, de un mundo romántico lleno de oscuridad, violencia y horror que nos remite al universo de Carcosa y a "El rey Amarillo" de R.W. Chambers. En "Stranger" Yung Lean ha conseguido refinar su fórmula, sintetizar de nuevo su materia emocional y desvincularse de lo que creó de niño para continuar construyéndose como artista ahora que ya tiene veintiún años de edad.